1. El regalo: Un antes y un después (Vigésima tercera parte)


    Fecha: 26/06/2019, Categorías: Infidelidad Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos

    ... sino a Martha. Esta se encogió de hombros y mirándome le respondió que sí y me pidió que por favor la dejara en su casa. De los anfitriones me olvidé, o mejor sería decir que ellos tres, ocupados en sus sexuales placeres, se habían olvidado de los demás.
    
    Ya vestidos, mi amiga Almudena pasó su brazo por debajo del mío, enganchando su fisonomía a mi costado. Y me dijo con suavidad al oído izquierdo…
    
    —Espero que no te vayas por no querer pecar. Sería un completo desperdicio que duermas solo, mientras tu esposa quizá a esta misma hora, retocé en brazos de él. —Y Martha que venía detrás, la alcanzó a escuchar y tomándola con fuerza de la mano, le preguntó también que era lo que nosotros dos no sabíamos.
    
    —¡De que me hablas? ¡Tú que vas a saber! —Me detuve y apartándome de su abrazo, le pedí explicación.
    
    —No lo puedo saber con exactitud, pero si yo fuera él, claramente aprovecharía la inesperada ocasión y me lanzaría con todo por conquistarla. Te lo podría asegurar. ¿Quieres apostar conmigo tesoro? —Y me retó.
    
    —¿Cuánto quieres perder? —Le respondí con seguridad.
    
    —Vamos a ver… Ehhh, si yo ganó, serás mi esclavo por 24 horas. Y sí pierdo pues… ¡Tú eliges lo quieras de mí, corazón!
    
    —Si yo gano, tú Almudena querida, te pondrás en cuatro patas y te dejaras culear por mí. Me agradará mucho perforar ese asterisco casi virgen tuyo. ¿Estamos? —Le contesté, mientras Paola y Martha, no podían cerrar sus bocas.
    
    —Perfecto Rocky querido. ¡Vamos! Anda tesoro, hazle una videollamada y tú Martha, préstame tu teléfono. Cuando yo crea que es el momento le marcaré desde este móvil al de Hugo y ya veremos quién gana. —Me respondió con una seguridad que me estremeció.
    
    —No se te olvide preciosa, que hoy la suerte esta de mi lado. —Y temerario, bordeando casi las tres de la madrugada de aquel sábado, le hice la videollamada a mi mujer.
    
    —¡Hola mi vida! —La saludé, agitando frente a la cámara mi mano.
    
    —Hasta que por fin me respondes, ya me tenías preocupado. Pronto serán las tres de la mañana ¿Dónde estás? —Silvia estaba con una copa verde neón en su mano, mientras con la otra intentaba mantener estable la cámara del teléfono y no salirse del plano, se veía sobresaltada. De fondo, yo pude escuchar los rítmicos «beats» de música electrónica.
    
    —Aghhh… Ehhh, mi amoorrr, estoyy… acabando de entrar a mi habitación. ¿Si me ves bien? ¡Jajaja! —Y Silvia junto a la ventana se veía espectacular con ese vestido brillante pero la luz era insuficiente y en el tono de su voz enredada, la acostumbrada visión de ella algo alicorada.
    
    —Amor estoy… Estoy un poco prendidita. Creo que me dejé contagiar por la rumba y me pasé con estos coctelitos. No revisé el móvil hasta ahora lo siento. ¿Y tú mi amoorrr? ¿Ya llegaste a nuestro piso?
    
    —No señora, aún no, pero ya iba de salida. Ni te imaginas el buen ambiente que hay, pero debo trabajar. Creo que solo dormiré como cuatro horas. Te amo mucho. Estas muy bella mi amor. ¿Y esa música? —No te gustaba. ¿Y ahora sí? ...
«12...151617...»