1. El regalo: Un antes y un después (Vigésima tercera parte)


    Fecha: 26/06/2019, Categorías: Infidelidad Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos

    ... un sueño que se tornó en pesadilla. —Y su carita se ensombreció.
    
    —¡Hombres! Ellos como siempre. —Le respondí yo, acariciando su mejilla.
    
    —¡Cara mía! Los tiempos cambian, y ya no son solo ellos los que cargan con la fama. ¡Las mujeres también! —Y recostó su cabeza sobre mi hombro.
    
    Mi teléfono vibró ya entrada la noche, al recibir un mensaje. Don Hugo me esperaba ya en la recepción del hotel.
    
    —Llegó la hora del… ¡Hasta mañana! Debo dejarte, pero muchas gracias por el recorrido. Mañana seguiremos hablando. —Y Antonella me besó delicadamente, cerca de la comisura de los labios, para a continuación decirme con su suave voz… —Gracias a ti por tu compañía y espero no defraudarte.
    
    …
    
    —¡Anda nene! ¿Cómo va todo con tu esposa? —Me preguntó la rubia Barranquillera.
    
    —¡Todo bien y mejorando! Anoche y hoy a medio día hablé con ella. Está de viaje y esta noche va a asistir a dos inauguraciones. Que suertuda. ¡Dos por una! —Le comenté y luego Paola se colocó frente a mí y con bastante seriedad, cosa poco habitual en ella, me preguntó.
    
    —Y ajá Rocky… ¿No se te hizo de pésima educación no invitar al jefe?
    
    —¡Jajaja! Mi Pao hermosa, no creo que este sitio sea el apropiado para hombres de su edad. ¡Ya lo veras!
    
    Y dicho esto, de una limosina negra, descendió primero una anciana mujer y con algo de esfuerzo, un hombre canoso, arrugado el rostro y encorvado, cubierto con un gabán de paño grueso, que se apoyaba en un bastón. A su encuentro llegaron dos hermosas jóvenes, una rubia y la otra morena, que los saludaron con efusivos besos en sus bocas. Paola me miró, yo tan solo levanté mis hombros y nos reímos disimuladamente a carcajadas los dos.
    
    Miré la hora en mi reloj y recordando las palabras de mi esposa, marqué a su número y esperé.
    
    —Hola mi amor, ya estoy por salir. ¿Y tú? ¿Ya estas allá?
    
    —¡Sí mi cielo! le respondí. —Ya vamos a ingresar. Ten mucho cuidado por ahí y diviértete mucho. ¡Ojito con las manos!
    
    —¿Cuáles? ¿Las mías? ¡Jajaja!
    
    —¡Nooo señorita! No te me hagas la loca. Ya sabes a quien pertenecen las manos a las que me refiero.
    
    —Tranquilo mi vida que voy a ir con Antonella. Allá nos esperan Francesco y su novio. Ahhh, y por tu tormento no te preocupes, que ese lugar no es de la apetencia de mi jefe. Él irá a tomarse algo por ahí con su amigo americano, con el que se reencontró por casualidad. Por ese lado no tienes nada que temer. ¿Y tú? Pilas pues con esa amiguita tuya ¿No?
    
    —Descuida que me sabré comportar, además traje el coche y no podré descontrolarme. Te marco después. Ponte guapa y entonces levántate una novia italiana. ¡Jajaja! Bye, te amo mucho.
    
    —¡Jajaja! Loco mío, de pronto te haga caso y regrese a casa dejando algún femenino corazón roto por aquí. ¡Te amo precioso mío! Esperaré tu llamada. Hasta la vista mi amor.
    
    Y una vez colgué la llamada, tomé de la mano a mi rubia acompañante y nos dirigimos hasta la entrada, discretamente iluminada.
    
    —Por favor, sigan por acá. Estas son las llaves de su ...
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