1. Incesto con mi padre el día de mi boda


    Fecha: 24/06/2019, Categorías: Incesto Autor: Quique, Fuente: TodoRelatos

    ... comerlas.
    
    -Mujer, claro que sí, cómo a todo el mundo.
    
    -La fruta prohibida sabe mejor. ¿Verdad, papá?
    
    -La fruta prohibida siempre ha sabido mejor, y si es fruta del Paraíso, como la tuya, no es que sepa mejor, es que no hay fruta mas deliciosa.
    
    Cuando acabé de desayunar, me levanté y le dije:
    
    -Me voy a cambiar. Ni se te ocurra acercarte a mi habitación.
    
    -No me acercaré. ¿Ya me has perdonado?
    
    -No mereces que te perdone.
    
    Me levanté de la mesa. La parte de abajo de la bata había quedado aprisionada bajo una de las patas de la silla, y como el cinturón solo tenía una lazada y yo me apoyara con una mano en la silla para levantarme, la bata cayó al piso y me dejó en pelota picada. Si lo quisiera hacer a posta no me saldría mejor. Al verme desnuda, dije:
    
    -¡Upssss!
    
    Mi padre se puso en pie y vino hacia mí quitándose la bata. Al quedar en pelotas vi su polla casi erecta.
    
    -¡No te me acerques!
    
    Al llegar a mi lado me cogió las manos y me dijo:
    
    -Déjate querer.
    
    Me besó el cuello al tiempo que su polla se apretaba contra mi coño. Le quise decir. "Ya me dejo, tonto." Pero le dije:
    
    -¡Suéltame!
    
    Se encogió, me mamó una teta y me dijo:
    
    -Solo una vez más.
    
    -¡Déjame!
    
    Me mamó la otra teta.
    
    -Se buena.
    
    -Suéltame.
    
    Me soltó. Me cogió por las axilas y me sentó al lado del plato en el que había comido. Le dije:
    
    -No quiero.
    
    -Solo deseo comerte el coño.
    
    -¡El culo me vas a comer!
    
    -Sí, el culo también.
    
    -No quise decir que me lo comieras.
    
    -Ya lo sé, pero te lo voy a comer.
    
    Le echó la mano al huevo que tenía en su plato. Tiró con mi plato al piso, me echó hacia atrás y me espachurró el huevo frito en el coño y en el ojete. Luego me pringó las tetas con la mano llena de yema y después me volvió a sujetar las manos por las muñecas.
    
    -¡Para, guarro!
    
    -Dame solo cinco minutos para despedirme de ti.
    
    Trabajo me costó decirle:
    
    -Ni un segundo te doy, ni un segundo.
    
    -Cuatro, en cuatro minutos hago que te corras.
    
    -Ni medio segundo.
    
    -Un minuto, dame un minuto.
    
    Ya me tardaba que empezase a despedirse.
    
    -¿Y después me dejas ir?
    
    -Sí.
    
    -Vale, tienes un minuto.
    
    Mi padre lamió mis pezones, mis areolas, lamió y mamó mis tetas. Yo, con la cabeza girada hacia la izquierda, ponía cara de "no quiero" mientras mi coño latía y se lubricaba. Ya pasara más de un minuto, de dos y de tres, cuando dejó de mamar mi tetas, tetas que dejo limpias. Bajó y me lamió el ojete y luego el ojete y el coño. Los lamió de abajo a arriba y a conciencia. Luego quiso besarme con lo labios manchados de yema. Le hice la cobra y le dije:
    
    -No soy tan cochina como tú.
    
    Me giró la cabeza con una mano y me puso la lengua entre los labios. No dejé que pasa la barrera que formaban mis dientes... Me magreó y me comió las tetas sin escatimar tiempo y después volvió al coño.
    
    -¿Cómo quieres que te lo coma? -lamió de abajo a arriba un par de minutos- ¿Así? -aprisionó su clítoris con los labios y la lengua y lo ...
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