1. Incesto con mi padre el día de mi boda


    Fecha: 24/06/2019, Categorías: Incesto Autor: Quique, Fuente: TodoRelatos

    ... entraron unas ganas locas de follar.
    
    Mi padre, despacito, magreó mis tetas y despacito me lamió los pezones y luego chupó las areolas. Gemí y arqueé un poco el cuerpo. Me lamió el cuello, las orejas, me besó en los labios. Volvió a comerme las tetas, despacito y un rato largo. Luego me quitó las bragas blancas. Olió mi coño profundamente, me abrió las piernas de para en par y después lo lamió. Volví a gemir. Levanté la cabeza y, le dije:
    
    -Eres muy malo.
    
    Mi padre lamió mi coño lentamente, de abajo a arriba y con la punta de la lengua. Luego apretó la lengua contra el coño y me dio cera. Yo, gimiendo en bajito y convulsionándome, le di una inmensa corrida en la boca.
    
    -Me corro, papá, me corro.
    
    Al acabar de correrme, mi padre, lamió mi clítoris a toda pastilla y de manera transversal. En nada me volví a correr, a convulsionar y a gemir en bajito. Luego de correrme me aprisionó el clítoris con los labios y la lengua y lo succionó, el resultado fue que en cuestión de segundos tuve otro orgasmo brutal. Tras el tercer orgasmo, volvió a lamer mi coño me metió y sacó la lengua de la vagina varias veces y luego me lo comió cómo la primera vez hasta que le volví a dar otra deliciosa corrida en la boca.
    
    Al acabar de correrme, se arrodilló entre mis piernas. Me cogió por la cintura, me levantó y me enterró la polla en el coño. Le dije:
    
    -Eres un aprovechado.
    
    Mi padre me dio lo que no está en los escritos... Al correrme y ver como me convulsionaba, y al oírme gemir, paró de darme. Mi coño, apretando y soltando la polla, se la bañó de jugos. Me volvió a dar a mil por hora y al ratito me volví a correr. Mientras me corría, sacó la polla de mi coño y se corrió en mis tetas. Luego volvió a comerme el coño. Esta vez me separó las piernas, me levantó el culo, y me lamió y me folló el ojete con la punta de la lengua, un buen rato, luego me clavó y sacó la lengua de la vagina, otro buen rato y después lamió desde el ojete al clítoris como si no hubiera mañana. Le di la última corrida, una corrida que fue espectacular. Corriéndome, le dije:
    
    -¡Me matas!
    
    Después de hacerme gozar, de gozar él, y de limpiarme, hizo lo que le haba pedido, me llevó a mi habitación. Allí me dejó sobre la cama, le puso el cinturón a la bata, me dio un pico y me dijo:
    
    -Hasta mañana, cariño.
    
    A la mañana siguiente, cuando desperté fui al cuarto de mi padre, al no encontrarlo fui a la cocina. Allí estaba cortando unas lonchas de jamón para luego freírlas junto a unos huevos y desayunar. Haciéndome la ofendida, le dije:
    
    -¡¿Qué me diste anoche para forzar mi voluntad?!
    
    Me mintió.
    
    -Nada.
    
    -¡Mentiroso!
    
    Eche a andar. Me preguntó:
    
    -¿A dónde vas?
    
    -A vestirme. Vuelvo a casa con mi marido y no regresaré aquí.
    
    Me suplicó.
    
    -No te vayas, por favor, vuelve el lunes.
    
    -No puedo quedarme aquí después de lo de anoche. Me drogaste.
    
    Mi padre se vino abajo.
    
    -No te vayas, me voy yo y te dejo el ático para ti sola hasta que acabes la carrera.
    
    No ...
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