1. Incesto con mi padre el día de mi boda


    Fecha: 24/06/2019, Categorías: Incesto Autor: Quique, Fuente: TodoRelatos

    ... me gustaba la idea. Sin él allí la cosa no sería la misma, pero claro, tenía que parecer molesta.
    
    -Vendrías a cobrar la renta y los dos sabemos como la cobrarías.
    
    -Te juro que no te molestaré.
    
    -A ver, papá. ¿Te crees que me chupo el dedo?
    
    -No, sé que es difícil de creer, pero si te quedas aquí solo te llamaría por teléfono.
    
    -¿Y por qué por teléfono?
    
    -Porque sin ti o soy nada.
    
    -Cuéntame otro cuento.
    
    -No, no es un cuento.
    
    Me seguía picando la curiosidad.
    
    -¿Que me diste anoche? Dime la verdad y me pienso lo de volver el lunes.
    
    -Si te digo la verdad te vas a enfadar y no volverás conmigo.
    
    -¿Qué me diste?
    
    -Te eche somníferos en la coca cola y después te hice inhalar un afrodisíaco.
    
    -¡¿Me diste un afrodisíaco?!
    
    -Sí.
    
    -¿Qué afrodisíaco me diste?
    
    Sacó un frasco rosa de Popper Lady del bolsillo de la bata y me lo dio.
    
    -Este.
    
    Cogí el bote y lo abrí.
    
    -Así que me drogaste con esto.
    
    -Era la única manera de poder tenerte otra vez.
    
    -¡Hay que ser ruin!
    
    -Es que...
    
    -Calla de una puñetera vez.
    
    Abrí el bote. Me dijo:
    
    -No lo huelas.
    
    Lo olí.
    
    -Tiene un aroma muy agradable.
    
    -Si lo hueles profundamente te pondrás cachonda.
    
    Sabía que me estaba incitando a olerlo. Lo olí profundamente. Mojé la yema del dedo en el líquido y lo eché en los lóbulos de las orejas como si fuese perfume. Me entró el calentón y con él las ganas de follar, ganas que disimulé.
    
    -No huele mal. Ahora me voy a duchar que no quiero perder el tren.
    
    -¿No sientes nada?
    
    Le mentí.
    
    -Solamente un calorcillo muy agradable.
    
    Al estar en la ducha y enjabonar el cuello y las tetas, el cuerpo se me estremeció y el coño se me empezó a mojar, y no precisamente de agua. Hablé conmigo misma.
    
    -Estoy cachonda perdida y el tonto no da venido.
    
    Al enjabonar el coño, la vagina me pidió dedo, y no tuve más remedio que dárselo.
    
    -Necesito masturbarme, lo necesito.
    
    Había dejado la puerta del cuarto de baño entreabierta para que mi padre se volviera a pasar de frenada, per no se pasó. Así que mientras me daba dedo imaginé que entraba en el cuarto de baño y me hacía las cosas que me estaba imaginando que me hacía... Acariciar mi cuello -me lo acaricié-. Magrearme y comerle las tetas -las magreé y lamí los pezones y las areolas, de aquella manera, pero lo hice-. Comerme el coño, y luego follarme -me follé el coño con dos dedos imaginando que era la polla de mi padre, hasta que me corrí. Al acabar, dije:
    
    -¡La hostia, que pedazo de corrida!
    
    Había sido una corrida larga y potente, pero no me llegó. Me arrime con la espalda a los azulejos y a mi mente vino mi primera vez con mi amiga Jacinta. Os lo cuento en otro flash back.
    
    Jacinta y yo habíamos llegado a mi habitación caladas hasta los huesos, pues ese día llovía de forma torrencial. Delante del armario, le dije:
    
    -Quita esa ropa y por una mía mientras la tuya se seca delante del radiador.
    
    Nos desnudamos juntas. Al estar desnuda cogí una toalla y le sequé ...
«1...345...15»