1. Entre vagabundos


    Fecha: 23/06/2019, Categorías: No Consentido Autor: Jane Cassey Mourin, Fuente: TodoRelatos

    ... dudaron demasiado en acercarse a la hermosa chica que les habían obsequiado, mientras Víctor regresaba la mirada desde su auto, observando como esos hombres sucios, llenos de enfermedades y bichos en el cuerpo, metían su mano entre las piernas de Samanta, mirando con asco como ella los besaba con desmesura, buscando sus penes con las manos y dejando que la tocaran por todos lados. Víctor se marchó del lugar mientras los hombres sin casa se preparaban para una larga y muy divertida noche.
    
    Los hombres comenzaron a desnudarse frente a Samanta, quien ayudada por las bofetadas que uno de ellos le daba continuamente, logró tener la consciencia suficiente para verse rodeada por un grupo de hombres que tenían sus penes de fuera, listos para que ella los acariciara y se los metiera en la boca, como tantas veces antes ya lo había hecho con otros desconocidos.
    
    Con algo de trabajo, Samanta se arrodilló en el suelo, recorriendo los tirantes de su vestido para dejar sus senos a la vista de sus amantes, sin darse cuenta de la clase de personas con las que estaba a punto de coger, tan drogada que no logró advertir el asqueroso olor que emanaba de los hombres que estaban a punto de cogérsela y las evidencias de las enfermedades que se podrían adivinar con tan solo echar un ojo a sus genitales.
    
    Sam tomó un pene en cada una de sus manos y comenzó a masturbarlos, mientras un tercer hombre se colocaba frente a ella, poniendo su miembro a la altura de su boca, misma que la chica abrió diligentemente para sentir cómo ese pedazo de carne le llegaba hasta la garganta, entrando y saliendo una y otra vez de ella, mientras otro tipo se colocaba a sus espaldas y le tocaba los senos, al mismo tiempo que su otra mano se metía por debajo de su cuerpo y le penetraba la vagina, llenándose los dedos de semen.
    
    Samanta comenzó a alternar entre unos y otros, cambiando una y otra vez al afortunado que metía el miembro en la boca de la chica, mientras a los otros dos los masturbaba con ganas, sin saber lo que hacía, dejándose llevar por la costumbre construida en cada ocasión en que varios hombres se la cogieron de una forma similar después de una noche de tragos y drogas.
    
    Los vagabundos no dejaban de golpearle las tetas y las nalgas, de abofetearla mientras la llamaban puta y le decían zorra, pero ella no tenía tiempo para ofenderse pues se había entregado por completo a la sensación que le provocaba el que varios hombres tocaran su cuerpo, le metieran el pene en la boca y se la cogieran con la mano a un ritmo desquiciante, provocándole un dolor que solamente era soportable gracias al efecto de las drogas que había consumido.
    
    El hombre que le magreaba las tetas y le penetraba salvajemente con sus dedos, se sentó debajo de ella y uso el semen que escurría de la vagina de Samanta como lubricante, para embarrar su pene con él al igual que el ano de la chica, metiendo sus dedos en dicha cavidad, sin el menor cuidado ni consideración, para luego, de forma repentina, ...
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