Sé valiente III - Relatos Eróticos

Sé valiente III

... Navidades.

- Pero profesor – empezó a protestar Harry – he invertido mucho esfue…- no terminó la frase porque de hiperventilar cayó desmayado.

Se despertó esa tarde en la Enfermería, espacio del castillo al que más rencor guardaba solo superado por las mazmorras de Snape. Estaba solo, pero Dumbledore apareció pronto.

- Ya has despertado – dijo mirándolo sobre sus gafas de media luna – Te alegrará saber que el desagradable asunto de la amenaza está resuelto. Aunque me gustaría que otra vez me avisaras con más tiempo cuando pasen estas cosas.

- No… -murmuró Harry medio grogui.

- Sí. Hemos enviado un agente del Ministerio de Magia para desmemorizar a los Dursley y que se olviden de la amenaza.

- Pero Ron…

- Ron ha sido muy insistente en que fueras a la Madriguera estas vacaciones. Tienes verdadero amigo. Pero no puede ser. Harry. ¿Comprendes por qué te hago volver, sabiendo como sé (y es más de lo que tú sospechas) que no eres feliz allí y que te maltratan?

- No, profesor. No lo entiendo- es usted un sádico, pensó Harry para sí. Dumbledore arrugó la ceja como si hubiera oído pensar a Harry.

- Pues es porque estás más seguro bajo su techo. De hecho, no podrías estarlo más, porque tu tía es hermana de tu madre, y ese lazo de sangre te protege de Voldemort. Y necesitas reforzar el vínculo de parentesco con ella. Solo aquí y en casa de los Dursley estás seguro. ¿Lo entiendes?

- Profesor, quizá mi cuerpo esté así a salvo. Pero, ¿y mi mente? ¿qué pasa con ella?

Dumbledore miró a Harry otra vez.

- Dime, Harry. ¿Hay algo que quieras contarme?

Harry dudó.

- No, profesor.

Dumbledore examinó al muchacho y Harry tuvo la sensación de que le escaneaban con rayos X, como otras veces en la misma situación.

- Ya. Bueno, Harry. Tengo que irme. Sé valiente.