Sé valiente III - Relatos Eróticos

Sé valiente III

... dado cuenta de lo mucho que te valoro. Aunque sigo pensando que este hechizo es excesivo.

- Me preocupa, me alegra y me entristece a partes iguales lo que acabas de decir. Me alegra que al final sí que quieras ser mi amigo, espero que esta vez en serio. Me entristece que aceptaras con esa finalidad, aunque debo decir que sopesé esa opción. Y me preocupa que no sepas como sentirte con respecto a lo que te dijo Draco. Igual me estoy apresurando, pero ¿crees que te ayudaría hablar con él sobre el tema?

Harry lo valoró. Pero en aquellos casi dos meses había aprendido a pasar por varias humillaciones, así que dijo que sí.

- Estupendo- dijo Ron, con un brillo especial en los ojos- os concertaré una cita. ¿Te va bien mañana por la noche?

- Supongo que sí, aunque no estoy muy seguro de lo que voy a hacer.

- Bueno, si le das plantón no pasa nada. En principio yo no estaré, a no ser que te apetezca a ti.

- Prefiero hablar a solas con él- repuso Harry.

A la mañana siguiente Harry entregó su redacción (al final no había puesto lo del tiempo sin correrse) y también la de Ron a Snape, porque su compañero no fue a clase. Comprendió dónde estaba cuando vio que Draco tampoco asistía a clase.

En la Sala de los Menesteres, Draco se revolvía en el suelo por el dolor que le causaban las patadas de Ron en los huevos.

- Esta noche te vas a reunir con él y le vas a ayudar. Ni una queja más o empezaré a ser cabrón de verdad contigo. Se ha puesto a tiro una oportunidad que yo empezaba a dar por perdida. Y una nenaza como tú no me la va a estropear- a cada pausa le daba otra patada en los huevos. ¿Me has entendido?

- Sí, señor. Ayudaré a Potter lo mejor que pueda. Perdón señor por haberle ofendido.

Ron no dijo nada más. Le dio un último punterazo en las maltrechas pelotas, se sacó el rabo y le meó con abundancia en su pelo. Luego se largó. Malfoy salió poco después, casi sin poder andar. Dedicó la tarde a preparar respuestas para las posibles preguntas de Potter.

- Ya estoy aquí- se presentó Ron cuando pasaron a la siguiente clase.

- ¿Dónde estabas? Snape estaba hecho una furia. Me ha dicho que te diga que esta noche estás castigado.

- ¿Esta noche? Vaya, tendré que posponer mi cita con Dean. Estaba concertando tu encuentro con Draco.

- ¿Y qué tal ha ido? No le habrá hecho mucha gracia.

- No. Pero es mi sumiso, así que lo hará. Sí que te pido como amigo que no le chinches demasiado.

- Está bien. Intentaré contenerme.

Harry pasó la tarde mentalizándose y planteándose preguntas. Se vistió para ir al encuentro y luego cambió de opinión. No iría. Se estaba metiendo en un problema. ¿Y si Ron entendía aquello como un interés sexual y lo utilizaba para invalidar su acuerdo? Peor aún. ¿Y si acababa interesándose de verdad? No iba a ir. Aunque se quedara con la duda de qué significaba el consejo de Malfoy y por qué el planeaba constantemente por su cabeza. Sí, prefería la duda. ¿O no? Tenía que ir. Claro que sí, necesitaba saber ...