Sé valiente III - Relatos Eróticos

Sé valiente III

... independientemente de que te hagas mi sumiso o no, no estaré obligado a liberarte, y no renegociaré contigo.

- Ron, por favor. Soy consciente del riesgo. Estoy intentando echar arrojo en este asunto, no me pongas trabas. No vale de nada pasar más tiempo en este lamentable estado, pensando en poder obtener un placer prohibido. Libérame cuando quieras o no me liberes, pero sácame de dudas. ¿Cómo sería ser tu sumiso?

Ron reprimió una sonrisa triunfal, pues no quería espantar a Harry antes de tenerlo del todo en sus redes.

- Para empezar, sería gradual. Sería nuevo para ti; y yo puedo ser duro, pero no un bestia. Tampoco sería nada público. Una cosa es lo que pase en el plano sexual, pero de cara a los demás seguiríamos siendo dos amigos.

- Me alivia oír eso. No estoy preparado para llevarlo públicamente.

- Ni yo quiero que así sea. Disfruto más manejando a Draco en secreto que abiertamente. Me haría dar demasiadas explicaciones. Y le pondría en una situación de tensión que le impediría disfrutar.

- ¿Qué tendría que hacer como sumiso? Es decir, ¿a qué me compromete?

- Puedo enseñarte una copia del contrato de sumisión que firmé con Draco para que te hagas a la idea, pero en resumen es enfocarte en mi placer y mi felicidad, sacrificándolo para ti si es necesario. Se manifiesta especialmente a través de humillaciones. Creo que tienes una idea más física de la dominación que yo practico, pero es sobre todo una relación de poderoso a débil. El verdadero disfrute está en que tú te hagas vulnerable ante mí, a sabiendas de que puedo hacerte daño, confiando en que no te quebraré, pero estando a mi merced. Las humillaciones sí que podrían ser públicas, pero veladas, de tal modo que solo tú y yo (o Draco si estuviera presente) entendamos lo que realmente son.

Harry guardó silencio. Tras un rato dijo:

- Me has dado en qué pensar. Dame la copia del contrato para que pueda verla. No te lo confirmo, pero… - Harry se echó a llorar y a temblar- es posible que te pida ser tu sumiso. Pero tengo mucho miedo.

Ron pasó un brazo por encima de su amigo para confortarlo.

- Es normal, es muy desconocido para ti. Pero te garantizo que puede ser muy reconfortante. Mira a Draco: es mucho más feliz desde que vive para mí. Su corazón y su alma están en paz.

- Me da igual Malfoy- dijo Harry sollozando- Me aterra estar equivocándome. ¿Y si pruebo la sumisión y no me gusta? Me habré condenado, porqué a saber cuándo me sueltas. Me estoy metiendo en un túnel sin salida y ni siquiera sé por qué lo estoy haciendo, pero no puedo pararlo.

- Estás siendo muy valiente. Un auténtico Gryffindor. Calcula que, aunque me convirtiera en tu señor, no dejaríamos de ser amigos- repuso Ron – y estaré siempre para escuchar cómo te sientes y regular nuestra relación. Eso sí, la sumisión no tiene marcha atrás. Lo comprenderás al ver el contrato. Tómate el tiempo que necesites para pensar en ello.

Harry salió corriendo.

- Tengo que irme – dijo mientras ...