1. Entre el amor y el deseo.


    Fecha: 22/06/2019, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... noche, en la cama, no pude conciliar el sueño. Estaba demasiado inquieta, y mi inquietud no tenía otra causa que la calentura que llevaba encima. Jamás en la vida me había sentido tan excitada. Tenía que aliviarme o no podría descansar, de modo que procedí a explorar mi cuerpo en busca de placer. A pesar de que conscientemente trataba de pensar en mi novio mientras intentaba aliviar mi excitación, el inconsciente me traicionaba y me llevaba al momento del abrazo y el roce con don Claudio... Algo en mí me decía que eso estaba mal y me forzaba a pensar en mi novio, pero no lograba ni la concentración, ni el efecto deseado... Me empecé a sentir frustrada y quise dejarlo por la paz. Me levanté y decidí dar un paseo por la casa para despejar mi mente y tal vez para disipar mi excitación. Rato después terminé en mi habitación viendo televisión, comprobando la triste realidad, tantos canales y nada bueno en la programación.
    
    Miré el reloj/despertador de mi buró, el tiempo había avanzado muy lentamente. Desvié mi mirada un poco y me concentré en el teléfono. Una idea me fue dominando, varias veces había marcado ese número, aunque esta vez no estaba segura de la secuencia. El nerviosismo me invadió, los golpes en mi pecho se van incrementando a medida que mis dedos comenzaban a marcar la secuencia numérica muy lentamente... “Solamente dejaré que suene un par de veces y colgaré”, me dije... Finalmente escuché cómo sonó una vez y para mi sorpresa, descolgaron casi de inmediato al otro lado... No había voz, ningún indicio de quién levantó el auricular, pero me parecía escuchar una respiración lenta y profunda. Finalmente, intenté hacer mi mejor imitación de cobrador bancario o de encuestador.
    
    —Buenas noches; disculpe por molestar a estas horas... ¿Se encuentra la señora de la casa?
    
    —Ella se encuentra profundamente dormida en su cama...
    
    —¿Y usted por qué no está haciendo lo mismo?
    
    —En primera, porque hace tiempo que no compartimos habitación y en segunda, porque estoy demasiado turbado como para poder hacerlo.
    
    —Es una pena escuchar eso, pero... ¿se puede saber a qué se debe su turbación?
    
    —No lo sé a ciencia cierta... Puede ser porque hoy festejé un aniversario de bodas más... y me di cuenta de lo viejo que soy, de lo viejos que somos mi esposa y yo...
    
    —¿Eso es lo que lo tiene turbado?
    
    —Eso y tener que cargar con el peso de lo distinta que ella es ahora...
    
    —Eso le sucede también a las parejas jóvenes, sé que a usted lo frustra que su mujer no tenga los mismos intereses que usted a pesar de que en algún momento ambos los tuvieron.
    
    —¿A qué se refiere exactamente?
    
    —A que posiblemente a su mujer ya no le guste bailar, por ejemplo y a usted le sigue gustando tanto o más que antes, pero lo frustra que ella ya no quiera “bailar”...
    
    —Así es, posiblemente... Me gustaría tener de regreso a mi mujer cuando era alguien a quien le gustaba “bailar” tanto como a mí.
    
    —A mí me pasa algo parecido... A mí me gustaría mucho “bailar”, pero ...
«12...4567»