1. Entre el amor y el deseo.


    Fecha: 22/06/2019, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... “estate sosiego, viejo calenturiento”. Luego reflexionaba sobre mi propia situación, que en realidad no era muy distinta a la que estaba viviendo don Claudio, yo que me moría de ganas de hacerlo, pero mi novio seguía firme en su (nuestra) decisión de permanecer castos previo al matrimonio. De modo que cada vez me fui identificando más con don Claudio, y lo que al principio me parecía divertido se transformó y empecé a sentir algo de lástima por él.
    
    Pero la consecuencia de ello la sigo padeciendo hasta la fecha.
    
    Era la celebración de un Aniversario de Bodas de los abuelos y como se trataba de un evento grande estaban todos los nietos presentes, por supuesto que la mayoría de los que estaban en nuestra edad iban acompañados por su pareja. Yo, naturalmente, estaba presente en dicho evento. La fiesta estuvo muy agradable, la pareja todo el tiempo fue el centro de atención. Don Claudio estuvo bailando toda la noche con sus hijas, nueras y nietas y por supuesto con alguna que otra colada como en mi caso.
    
    No era la primera vez que bailábamos, pero en esta ocasión lo veía de manera diferente a causa del “secreto” del que me había enterado. Siempre lo había visto como una figura ancestral, simpática y bonachona. Pero esta vez, estaba más conciente de su presencia como persona.
    
    —Hubo un tiempo en que lucíamos como tú y mi nieto, creo que de todos los que están aquí, ninguna pareja se puede comparar mejor con nosotros, que ustedes. Claro, que tú eres un poquitín más bella que mi Diana, y modestia aparte, yo era mucho más guapo que mi nieto, sé que no quedan rastros de ello, pero te juro que te digo la verdad.
    
    —Como cree, don Claudio; si su nieto se va a ver aunque sea una cuarta parte de lo guapo que se ve usted a sus años, me doy por bien servida.
    
    —¡Ja, ja, ja!... ¿Entonces, ustedes van en serio, eh?
    
    —Claro, aunque todavía somos muy jóvenes como para pensar en matrimonio... Pero al verlos a ustedes, después de tantos años, juntos y tan felices... Créame que es un aliciente para tomarlos de ejemplo, nada me gustaría más que llegar a la plenitud de la vida en una compañía así, como la que ustedes se hacen.
    
    Don Claudio volteó a ver a doña Diana, que a diferencia de él no parecía disfrutar tanto del baile, noté cómo sus ojos se ponían vidriosos.
    
    —Créeme, hija; todos los sacrificios que hemos hecho y los que seguimos haciendo han valido la pena. Cuando tú aceptas compartir tu vida por entero con otra persona, la aceptas como es en ese momento y estás dispuesto a aceptarla con el paso del tiempo en las diferentes etapas de su vida. Te puedo decir que es lo máximo haber disfrutado todos estos años en compañía de una mujer tan divina como mi Diana. Cada arruga y cada cana las hemos ido sumando juntos a través de los años y eso no lo cambio por nada del mundo.
    
    No pude más que sentirme enternecida por lo que me acababa de decir, de modo que me abracé a él y así continuamos bailando el resto de la pieza, nuestros cuerpos estaban ...
«1...345...»