Una aventura no planeada (2) - Relatos Eróticos

Una aventura no planeada (2)

... caderas y me empujó hacia arriba y hacia abajo … Efectivamente, me estaba llevando al cielo, porque su verga rozaba más claramente en mi clítoris y me producía aún más excitación.

Wilson se colocó de pie sobre la cama y delante de mí. Impresionaba el tamaño de aquel tío ahora que lo veía desde una posición más baja, incluso su polla parecía más grande y resultaba casi amenazante.“¿Qué? … ¿Me sigues trabajando un poco la verga, putita? … Se me empieza a quedar fría y ese coño necesita un buen tizón caliente …” me soltó el macho. No pude más que abrir la boca y dejarle que me la metiera casi hasta la garganta, mientras me sujetaba la cabeza para controlar su penetración.“Buah, tío, … hemos acertado de pleno … Menuda guarra vamos a tener esta tarde aquí para follar … La voy a reventar y la voy a meter un litro de lefa por lo menos …” “Pues que sean dos, que yo no voy a ser menos … Y aquí abajo esto está encharcado, está disfrutando la muy perra de las pollas …”. Sólo de vez en cuando podía sacarme la tranca de Wilson de la boca y aprovechaba para seguir calentando a aquellos dos machos:“Soy vuestra, …, para lo que queráis, …, qué pasada, …, tenéis unas pollas divinas, …, las quiero dentro, muy dentro, …, folladme, sin parar, …, con todo, …”. A veces, en mitad de estos comentarios, Wilson se cansaba y me volvía a meter la polla en la boca, dejándome en mitad de una palabra …“Trague y calle, señorita Gema, …, hoy está aquí para dar placer a sus machos, … siga así, que va bien …”.

Así estuvieron un rato largo, a mí me pareció larguísimo, sin descanso, con el de debajo agitándome como si fuera una muñeca y el de arriba taladrándome la boca sin miramientos. Me entregué al disfrute del momento, a ser tratada casi como un objeto sexual, lo que a mí también me estaba causando mucho placer. Tanto que empecé a ver que llegaba mi segundo orgasmo, sobre todo porque ninguno de los dos parecía tener mucha intención de parar.“Tíos, me voy a correr otra vez … no paresss, másssss, …, siiiiiiii … grrffsss, oohhhhh, yaaaaaaaa …”. Y otra vez que, mientras me corría, tenía una polla en la boca, la misma, la de Wilson, que, esta vez, tuvo el detalle de sacármela un momento para que yo pudiera expresar a rienda suelta todo el placer que estaba sintiendo. Esta vez sí que pude gritar, berrear y hasta, casi, llorar … De nuevo caí desplomada sobre el pecho de Eddy, que no dejaba de tener su polla dentro de mí, pero que, al menos, había dejado de moverse por un momento. Estaba reventada, agotada después de dos orgasmos y conseguí que, finalmente, Eddy la sacara y me dejara recostarme un poco sobre la cama.“Joder, me vais a matar … Dadme un respiro, por favor … ¡¡qué polvazo, cabrones!! Esas vergas son deliciosas, pero me van a destrozar …”. Le pedí a alguno de ellos si me podía traer un poco de agua. Necesitaba reponer fuerzas y tomarme un tiempo, aunque era consciente de que aquellos dos machos aún estaban lejos de dar por concluida la follada.

No tardamos mucho en ...