1. Hormonas coyunturales ( Saga Vidas salvajes)


    Fecha: 20/06/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Nexusman, Fuente: TodoRelatos

    ... acelerada. Noté un cuarto dedo en mi coño. Me gustaba y lo gozaba, era un bestia y yo una perra en celo. Me tenía agarrada la nuca, me sentí agarrotada, paralizada, me faltaba el aire; noté que hacía giros y retorcimientos de placer el muy cabrón. Me soltó y busque aire, mi respiración era pesada. Vi como Rafa se miraba los dedos de su mano y los chupaba uno por uno.
    
    Inés me dijo que nos pusiéramos en el rincón del asiento trasero, ellos abatieron el asiento del copiloto. Al tiempo que ella se tumbaba sobre el asiento y se subía la falda - ya iba desbragada y sus tetas sacadas- el chico se colocaba el condón afianzando el aro elástico en su base y acto seguido en un rápido y veloz movimiento la ensartó de una tacada sonora. Ahora sí podíamos ver como la bombeaba. Rafa me sacó los pechos y me succionó los pezones volviendo a dedear mi coño. Estaba excitadisima. Saqué un condón de mi bolso. Rafa lo desprecintó primero retrajo su prepucio dejando el glande a la vista, sacó el aire cogiéndolo por la punta y desenrollo el condón hasta la base de su polla. Lo hizo con una precisión asombrosa. Y con química macarra me dijo:
    
    - No hay mucho sitio - al mismo tiempo que miraba el asiento reclinado donde follaba su compañero - ¿Salimos fuera o te matas sola arriba?
    
    Me reincorpore de un salto al mismo tiempo que me subía la falda y ladeaba mi tanga. Cogí su polla y la puse en la cavidad de mi coño, descendí hasta clavarmela entera. Rafa dió un espasmo muscular seguido de un gran gemido. Arranqué con un botar lento, estaba excitadísima. Yo llevaba el control y el ritmo y él hijueputa lo sabía. Había engrase vaginal.
    
    - ¡ Dale caña, vaquera! - al mismo tiempo que me dió una palmada sonora en las nalgas.
    
    Subía y bajaba clavándome todo el rabo, en la bajada hacia giros circulares.
    
    - ¡ Sabes domar, pedazo cabrona! -exclamó apretándose las mandíbulas.
    
    A pesar de la música de fondo eran perfectamente audibles los, plof-plof-plof-plof y chof-chof-chof-chof-chof, de las embestidas que le propinaban a Inés, seguido de " ¡toma rabo!" o "¿¡ no querías rabo !? " ¡¡ pues toma rabo !! -y le daba mete-sacas veloces con algunas paradas, al tiempo que ella gemía como una perra-. Eso me puso a mil, yo estaba súper mojada. Rafa me miraba con ojos diabólicos y de su garganta salían ruidos guturales de placer. Aceleré mis subes-bajas, él me estrujaba mis pechos y tiraba de mis pezones. Mis movimientos eran muy sincronizados: me clavaba la polla entera y subía para volver a ensartarmela. Aunque a veces me salía del coño.
    
    - Si haces de vaquera invertida podras galopar mejor - me propuso el cabrón.
    
    Así pues cambie mi posición mirando hacía adelante y viendo perfectamente el dale que te pego de Inés con el otro chico. Rafa se adelantó al borde del asiento, me abrió la zona vaginal abriéndome las nalgas y yo me clavé una vez más la polla. Ahora sí, ya con los pies asentados en el suelo pudé galopar a la misma velocidad que un reactor de neutrones. Satur, el ...
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