El ascenso del Súcubo 4 - Relatos Eróticos

El ascenso del Súcubo 4

... presencia. Primero habéis ganado en tetas, y segundo, todas os veis potenciadas en algo. Laura tiene todo el potencial de ser una maga guerrera muy poderosa, Esmeralda es una máquina de matar, y tú eres una reina súcubo.

–¿De verdad tienes la capacidad de devolverle a Laura su madre?

–He estado investigando su paradero, creo que se donde encontrarla, pero temo que ya esté muerta.

–Si no has podido corromper a Tinuviel, que te hace pensar que vas a poder con Olyvia.

–Tinuviel y sus hijas son alfas, son superiores en sus capacidades para corromper. Por eso cuando lo intenté con ellas, acabé con el culo roto. Están fuera de mi alcance, Olyvia siempre ha tenido una gran resolución, pero una gran aceptación por las pollas también. Creo que sería una presa peculiar.

–¿Y el padre de Laura, mi hermano?

–Tú lo conocías mejor que nadie.

–Era una máquina de follar, o eso decían. Dicen que cuando a Olyvia la hirieron de muerte, mi hermano dió su alma para salvarla. Va a ser una presa mucho más complicada, te lo advierto.

–Mejor todavía, a ver si tú otro hermano fuera mejor que el hijo de puta de Aurel.

Yo creo que no entiende que mi hermano Sariel era todo un ligón con una personalidad dominante. Hombres y mujeres se rendían a sus deseos. Temo que entre en terreno peligroso. Laura y yo no hemos sido más que entrantes facilones, ya sumisas de antes. A Nuriel no la domó, y con Olyvia/Sariel va a acabar mal, como los rumores sobre su alma sean ciertos. Por otra parte, no pienso impedirlo, ella lo ha estado teniendo muy fácil.

–Pronto seremos abuelas, Livis. Conozco bien a mi hija, y se que pronto se pondrá a parir los hijos que les de Esmeralda.

–Laura está embarazada, lo puedo percibir.

–Entonces tu tiempo con ella es prestado, una vez tenga a su hija, por muy súcubo que sea, será su primera prioridad.

–Lo sé, por eso la estoy entrenando. Laura no es dueña de nadie. Pronto tendrá a todo el mundo suplicando por sus atenciones.–Livis hizo una pausa para pensar –¿Por qué estás convencida de que será una hija?

–Fuiste concubina de muchas mujeres, cientos, y nueve de cada diez nacimientos, fueron niñas.

–¿Y los hombres?

–Uy, hay uno que es tu viva imagen, en cuerpo y alma, es tu versión masculina.

–Tengo que conocerlo.

–Ahora mismo.

–Por supuesto.

Lo cierto es que teníamos dos alternativas, seguir follando o hacer algo distinto. Me vestí con mis ropajes, y nos llevé a las dos hasta la mansión de su hijo, Varontis. Avanzamos por los pasillos hasta contemplar un trono central, donde Varontis estaba sodomizando a una mujer. Y no a una cualquiera, a mi amante y espía, ella, la que temía por mí, está completamente rendida a los tratos dominantes de un Livis hombre.

–¿Quién es la mujer? ¿Alguna pobre noble?

–No exactamente, es una de mis espías más cercanas, me advirtió sobre acercarme a tí, por eso de mi libertad y tal.

–Soy tu puta, soy tu puta, joder.–repetía la muy puta de mi espía.

Era incapaz ...