1. Violeta 5


    Fecha: 19/03/2019, Categorías: Incesto Autor: Gomarana, Fuente: SexoSinTabues30

    ... gustó como a mí?
    
    Estaba en una encrucijada, si le decía que no, habría sido el acto de una loca que entraba de esa manera, para después aceptar su disgusto, sin mencionar, el rechazo que le haría sentir. Si le decía que si, nuestra relación cambiaría para siempre, abriendo puertas hacía lugares que no podría adivinar. Había una tercera opción, pero era improbable; fingir un lapsus de demencia, una especie de evento erótico que se me salió de las manos, lo cual no estaba tan alejado de la realidad, pero también hubiera sido una mentira, además las explicaciones me llevarían a ti, y lo pondría en entredicho con la lealtad hacia su padre. Sopesando las opciones, había un ruido de fondo que contenía la respuesta, y no importaba cuanto más lo negara: haberme sentado encima de él, en total excitación y haberle dado ese beso lleno de morbo y cachondez, despertaba en mi una lujuria que no sabía que podía experimentar, no sólo obedecerte desde la calentura, sino también cruzar la línea del incesto y la pedofilia, de lo prohibido, me hacía sentir tan perversa y tan vulgar, que ese momento, al besarlo por primera vez mientras tu nos veías, me embriagaba la vida, y llenaba cada poro de mi piel, con los más primarios instintos sexuales. Así que, sin pensarlo más, tomé mi decisión.
    
    – Sí amor, a mi también me gustó. – le respondí con la voz más suave que pude hacer. Noé levantó la cara e hizo otra pregunta:
    
    – ¿Y tú también te sientes con el estómago revuelto?
    
    – Un poco, pero mi experiencia hace que lo controle.
    
    – Oye mamá.
    
    – Dime.
    
    – ¿Y tú pensabas en repetirlo?
    
    – Sí.
    
    – ¿Y cuando lo hacías te emocionabas tanto que te daban ganas de vomitar?
    
    – Me emocionaba, y sentía en la panza una especie de remolino, pero como ya te dije, el vomito lo puedo controlar.
    
    – Mamá.
    
    – Aquí estoy.
    
    – ¿Por qué lo hiciste?
    
    En ese momento la verdad era imposible de decirse, tenía que dejarte fuera de esto. Así que opté por una verdad substituta, aunque en ese momento no haya contado como una razón para irrumpir en su cuarto de tal forma.
    
    – Porque me pareces muy lindo y guapo. – le dije mientras me sentaba a su lado.
    
    – ¿Te gusto? – preguntó con inocencia, ver su bello rostro otra vez a esa distancia, me hizo recordar su aliento en aquel beso.
    
    – Mucho. – respondí sujetando su mano, el por instinto se acercó a mi.
    
    – Tú a mí también mamá. Mucho.
    
    Acerqué mi muslo al suyo.
    
    – ¿De verdad Noé?
    
    – Sí… y también eres sexy.
    
    – ¿Sexy?
    
    – Sí, mucho. ¿Yo te parezco sexy mamá?
    
    Pasé mi mano por su cabello
    
    – Claro que si Noé. Eres el niño más sexy del mundo.
    
    Noté que cambiaba su respiración.
    
    – ¿Qué fue lo que más te gustó de lo que hicimos ese día mamá?
    
    – Eso es fácil. El sabor de tu boca.
    
    El recuerdo de su boca abierta besándome aumentaba mi libido.
    
    – A mí también me gustó el sabor de la tuya. Pero me gustó algo más…
    
    – ¿Y qué es eso Noé?
    
    – El calorcito…
    
    – ¿Cuál calorcito amor?
    
    Solté su mano y la puse en uno ...