1. Violeta 5


    Fecha: 19/03/2019, Categorías: Incesto Autor: Gomarana, Fuente: SexoSinTabues30

    ... extendiendo las manos.
    
    En ese momento el director del video y padre de los novios, realizó un paneo hacia la derecha para apreciar mejor como su pequeña hija se penetraba con el pene de su gemelo, dándose un sentón lento y prolongado, que me hizo recordar la primera vez que ella se sentó sobre mi. La madre de los niños, ahora se desnudó frente al cura, quitándose el vestido de noche, para después ir despojando de su túnica al sacerdote, quien aún se encontraba con los brazos abiertos. Mireva volteó, poniéndose en cuclillas, ofreciendo su magnífico trasero al ministro, quien ya se encontraba duro como una roca y sin dudarlo la acribilló con fuerza, mientras recitaba de memoria un Ave María. Jesús se había sentado para besar y abrazar a su gemela, mientras ella se movía furiosa encima de él, montándolo sobre el altar. Los jadeos y gemidos entrecortados de los actores y las actrices retumbaban en el audio del VHS. La película, como las anteriores, era obscena y decadente, pero al mismo tiempo excitante, tanto que Violeta ya desde hacía unos minutos me masturbaba. Trinidad, que también estaba atenta a la producción de su padre, se encontraba desnuda, amarrada sobre la cama y con un cinturón de doble dildo ajustado al rostro: uno saliendo de su boca; el otro incrustado hasta su garganta. Isa por su parte, sin desviar tampoco la mirada del video, se ponía un collar con correa, sus incipientes pezones estaban duros y apuntaban casi al techo. Durante el desayuno a Violeta le dieron ganas de que yo las dominara a las tres al mismo tiempo, su mamá e Isabela de inmediato estuvieron de acuerdo.
    
    – Deja mi verga en paz y ve a sentarte en la cara de tu madre. – le ordené a Violeta. Ella obedeció de inmediato y yo fui hasta donde Isa terminaba de enganchar su correa al collarín. El vinil negro con estoperoles plateados alrededor de su cuello, hacia que su desnudez fuera un poema.
    
    – Ahora te quiero en cuatro. – le dije, sujetándola con fuerza de la correa.
    
    – Si Mi Amo. – respondió Isabela obedeciendo al instante.
    
    – ¡¿Escucharon?! ¡Así es como deben dirigirse a mí! ¡A partir de este momento así lo harán, entendido!
    
    – ¡Si Mi Amo! – exclamaron al unísono Isabela y Violeta. Trinidad imposibilitada por el dildo, sólo balbuceó.
    
    En ese calabozo iluminado con velas, llevé a Isa como mi perra hasta la cama purpura, subiéndola a un lado de su madre en el momento justo cuando Violeta iniciaba la penetración de su hermosa vagina, sentándose en la cara de Trinidad. Sus movimientos eran de arriba abajo, y aunque verla haciendo eso, resultaba muy erótico, yo tenía pensado algo distinto.
    
    – No, así no. Quiero que te sientes por completo en su rostro y te muevas de atrás hacia adelante. Cuando veas que no puede aguantar más por la asfixia, la dejas descansar un poco, para luego reanudar el movimiento otra vez. ¿Estamos?
    
    – Sí, MI Amo. – contestó Violeta, siguiendo las órdenes, con un mirada de excitación. El color de sus ojos era más bello en ese lugar, ...
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