1. El chat me ayudó con mi sobrina 2 (Reeditado)


    Fecha: 08/06/2019, Categorías: Incesto Autor: tauro47, Fuente: TodoRelatos

    ... reaccionar ante una chica así y con Bea de testigo podía ser peligroso, pero me arriesgué y entré en el primer Sex-Shop que encontré y adquirí un consolador bastante completo. Me aconsejaron y con el juguetito bajo el brazo fui a casa con la intención de regalárselo para usarlo cuando chateara.
    
    Por supuesto no le dije nada a Bea por si le parecía mal y lo guardé envuelto para regalo hasta que llegara Carol. Un día Bea me dijo si este fin de semana podría venir su amiga, no me pareció mal y acordamos que dormiría en su habitación de dos camas y así estarían más cómodas. Cuando llegó el día fuimos a recogerla a la estación y al verla me quedé helado. De la imagen que había visto por el monitor a lo que veía ahora no tenia parecido.
    
    Carol era algo mayor que Bea, 20 años, un poquitín más alta y con un cuerpo delgado, se apreciaba algo más de pecho y el culo mas respingón, eso a primera escaneada mía pero sobre todo me llamó atención que se había dejado su color de pelo natural o sea pelirrojo y destacaba aún más su piel blanquísima y sus pecas que asomaban por las mejillas y el pecho, hasta perderse por su canalillo. La verdad es que me encantó esto más que todo lo demás, pues estaba bien pero no era una súper modelo tampoco.
    
    Nos saludamos correctamente y ella con Bea se abrazaron efusivamente, se notaba que eran amigas de verdad y se alegraban mucho de volver a estar juntas. Volvimos a casa y después de tomar un refresco las dejé a solas para que se instalara y se pusieran al día de los chismes de su ciudad. Yo salí un rato y me tomé un café mientras leía un periódico en un bar, si bien no pude enterarme de lo que leí pues mi mente no estaba conmigo.
    
    Al volver las llamé y al rato bajaron, me agradeció la invitación y entonces les propuse salir a cenar por ahí, con lo cual nos pusimos a arreglarnos un poco y después las llevé a un restaurante hindú, ya que el dueño era amigo mío y nos explicó cada plato como estaba confeccionado. Al parecer la cena les encantó y luego salimos a tomar unas copas por la parte antigua hasta bastante tarde. La vuelta fue muy divertida ya que estábamos bastante lanzados y entre ellas se miraban con cierta complicidad... Al entrar en casa me dio la sensación que entraba en un espacio desconocido donde no sabía lo que podía esperar… Bea como “anfitriona” oficial, le enseñó la casa dándole a entender la confianza que reinaba entre nosotros, aunque le dejó bien claro que cada uno dormía en su habitación y no estábamos liados.
    
    Luego nos sentamos en el sofá y en la alfombra rodeados de los cojines, estuvimos hablando de su ciudad y del ambiente que había allí, de las costumbres entre la juventud, la poca suerte que había tenido con sus parejas y de pasada, de la educación bastante austera de mi hermano hacia su familia, al parecer era bastante seco y se interesaba poco por tener un ambiente cordial en casa, su trabajo lo absorbía.
    
    Por contraste se notaba eufórica de notar la libertad que reinaba en mi casa y ...
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