1. Un castigo inmerecido (1/3)


    Fecha: 07/06/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: yanine10, Fuente: TodoRelatos

    ... estaba.
    
    Jun Mei miró a Diana y luego a Rosa, balanceándose suavemente entre los montantes.
    
    - “A este pequeño tratamiento que le voy a dar a tu joven criada le llamamos'beso del guante’… En los viejos tiempos era un castigo favorito atar a una esposa adultera y luego dejar que una cabra lamiera su carne... Era el ‘beso de cabra’… Imagínate esa lengua, lamiendo y lamiendo y ella no podía mover o estirar un músculo”, le susurró al oído a Diana, llevando puesta en su mano el guante negro.
    
    Diana jadeó en estado de shock cuando la mujer pasó la palma del extraño guante negro sobre su pecho… Lo sintió como pequeñas garras contra su piel, peor que cualquier papel de lija o cerdas.
    
    - "Las cabras son menos fiables que este guante y el efecto es el mismo, ya que podemos controlar cuánto se siente y por cuánto tiempo", ronroneó Jun Mei cerca de su oído.
    
    De nuevo pasó el guante por el pecho de Diana… Esta vez las pequeñas púas las sintió Diana como fuego y gritó en voz alta, sintiendo como si le arrancaran la carne del pezón mientras la masa de púas en forma de aguja tan sólo la acariciaban.
    
    - La palma del guante está cubierta con la piel de uno de nuestros peces locales, similares a la de un tiburón pero más áspera, mucho más... Resulta muy estimulante para la víctima, me parece, no?”
    
    - “Mira cómo tu joven criada disfruta del éxtasis del ‘beso del guante’ en vez del ‘beso de cabra’"... Una de sus ayudantes, una chica delgada, de cabello negro con una cintura estrecha y senos diminutos, parecidos a un brote, llamada Kioko, tomó el guante y se lo puso con cuidado de su mano derecha mientras caminaba hacia la caña que sostenía a Rosa.
    
    - "Ahora mientras Kioko atiende a ella, Kioko se encargará de darte placer a tí", murmuró Jun Mei suavemente.
    
    - 'Dentro de un momento cantará para nosotras... Será una canción rogándole a Kioko que siga dándole placer... Pero luego, todo cambiará porque gritará y nos ofrecerá cualquier cosa si Kioko deja de acariciarle el coño.”
    
    Jun Mei se echó a reír suavemente, mirando cómo Kioko quedaba arrodillada mirando las nalgas fuertemente curvadas de la joven criada y la amplia hendidura de su cuerpo abierta y esperando sus atenciones.
    
    Diana vio la primera delicada caricia que le hizo… Era sólo una suave lamida a lo largo de sus labios vaginales… Luego los dedos de la mano izquierda de Kioko se deslizaron sobre la boca de la vagina de Rosa y sobre la carne arrugada de su ano.
    
    Diana hizo una mueca cuando escuchó el jadeo amortiguado de Rosa, un sonido que se repitió más fuerte mientras Kioko acariciaba su coño y ano con la mano derecha cubierta con el guante negro… Las diminutas púas del guante comenzaron la lenta y deliberada tortura de sus genitales.
    
    Diana pudo ver la cabeza de Rosa retorciéndose y sacudiéndose… Sus pies se movían como podían tratando de liberarse de la terrible estimulación del guante contra su expuesto sexo.
    
    En minutos, los jadeos y pequeños gritos fueron más fuertes y ...
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