Un castigo inmerecido (1/3)
Fecha: 07/06/2019,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: yanine10, Fuente: TodoRelatos
Un castigo inmerecido
Capitulo 1.- Torturando al mismo tiempo a la señora y a una de sus criadas.
Diana vivía holgadamente con su marido en una gran casa en Lupemi con dos jóvenes criadas a su servicio cuando de repente todo cambió… Se quedó atónita cuando su marido le explicó que todas nosotras deberíamos acompañarlo a Japón por haber sido requerido por su jefe para pedirle todo tipo de explicaciones.
Ella no entendía nada de lo que sucedía y fue entonces cuando se enteró que sus negocios no eran nada limpios y había sufrido graves problemas económicos, de los que tendría que responder.
Él estaba verdaderamente asustado y Diana le instó a que recogieran lo más imprescindible para salir huyendo lo antes posible porque si iban a Japón, quién sabe lo que les podría pasar.
Cuando, esa noche salían de casa por una puerta trasera, cuatro hombres asiáticos les cortaron el paso a punta de pistola y les obligaron a entrar en sus coches… Su marido fue introducido en uno de ellos y las tres mujeres, en el otro… Ya no se volvieron a ver.
Diana recordaba que fueron llevadas a la zona privada del aeropuerto y en una pequeña avioneta abandonaron los EEUU para dirigirse a Japón.
Una vez allí las llevaron ante Isamu, el Jefe de la Organización, quién le explicó que su marido les había robado a la Organización mucho dinero y que ella, por ser su esposa, debía estar enterada de todo porque caso contrario era una negligente e irresponsable de no saber de donde procedía tanto dinero.
Por lo tanto la Organización la había sentenciado a ella y a sus criadas, por callar y no delatar nada, a sufrir una terrible tortura, que sería vista y grabada para comenzar a recuperar el dinero robado.
De superar esta terrible tortura, las supervivientes entrarían a trabajar en uno de sus prostíbulos por el resto de sus días.
A pesar de declarar su inocencia y de implorar desesperadamente, nada le valió… De su esposo no se habló nada, por lo que supuso que posiblemente lo habrían eliminado.
Tras su sentencia, Isamu miró a los tres cautivas acurrucadas de susto delante de él… Sus ojos mostraban una cruel maldad mientras veía sus temblorosos cuerpos.
Mi nombre es Diana Brow… Soy inglesa y tengo 29 años... El largo pelo castaño y un bronceado intenso resalta perfectamente en mi cuerpo… Isamu y los hombres que estaban allí con él, disfrutaban de la vista de mis pechos, mientras yo trataba de ocultarlos.
Mis criadas, Lupe y Rosa, tienen tan sólo 18 años… Eran mexicanas y las tenía a mi servicio desde hacía dos años… Estaban abrazadas, temblando y gimiendo de miedo, sin entender nada de lo que estaba pasando.
Diana trató sin éxito de ocultar su propio terror creciente mientras miraba a los rostros crueles de los allí presentes.
Isamu sonrió, como un gato jugando con un ratón… Le dijo:
- “Veo que entiendes que tu huida ha fallado... Y si huías es porque algo tienes que esconder… Es justo que sufras al máximo las penas por intentar escapar... ...