1. Me convierto en sumisa en un sex shop


    Fecha: 18/03/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: kittysumise79, Fuente: TodoRelatos

    ... venido.
    
    Me sentía en una nube, no sabía qué decir, hacer o cómo actuar. ¿Sería capaz de volver a casa y tener un orgasmo tan brutal con Javier de la manera tradicional?
    
    Lorraine apareció con un corsé, unas braguitas, un liguero, unas medias y unos zapatos a juego.
    
    —Bien, comencemos por el principio, levanta un pie para que te ponga la media, levanté el pie y dejé que me deslizara esa maravilla por la piel. Eran unas medias preciosas negras muy transparentes con una fina línea negra en la parte de detrás, se ajustaban a mi muslo con una puntilla del mismo color.
    
    Me puso la otra suavemente, el efecto era súper sexy.
    
    —Súbete a los tacones —eran negros, de charol y con la planta del zapato por detrás en color verde a juego con las joyas. Subida en los zapatos tenía la misma altura que Lorraine—. Ahora, el corsé.
    
    Era un corsé de cuero negro decorado con un par de ojos verdes de gato justo a la altura de los pezones. Se puso detrás de mí y lo ajustó mucho. Hacía justo el efecto que yo deseaba, ensalzaba mi escote dejando que una porción sobresaliera.
    
    Me colocó el liguero y lo sujetó con las medias, mi pubis seguía descubierto. Engalanado con las cadenas y las joyas.
    
    —Mmmmm, estás para ronronear de placer, putita, si fuera tú, no me pondría bragas, es una pena cubrir tanta belleza. Pero reconozco que este tanga tiene no sé qué y se pone al final, abre bien las piernas y déjame que te lo ponga.
    
    Sacó una pieza totalmente abierta por el lateral, se arrodilló entre mis piernas y al mirar mi sexo sonrió.
    
    —Vaya, ya veo, no tuviste suficiente ¿verdad? No puedo permitir que lo manches así que voy a solucionar tu problema.
    
    Puso la cabeza entre mis muslos, me agarró por el trasero y comenzó a lamer profusamente mi sexo. Madre mía, esa mujer sabía muy bien lo que hacía, pasaba su lengua arriba y abajo para después introducirla dentro, rebañaba el interior de mi vagina penetrándome y saboreándome.
    
    Tenía mucho calor y me gustaba lo que hacía, estaba resollando de nuevo gracias a ella.
    
    —Eres deliciosa, quiero tu corrida en mi boca, quiero beberte el coño, quiero saborearte, muévete contra mí.
    
    Lo hice, me moví contra su cara como me había pedido y era fantástico. No podía dejar de mirar el reflejo del espejo. Nunca me había sentido tan zorra y eso me excitaba. Puse mis dedos en su cabeza, ella no se negó y seguí frotándome mientras ella me mordía chupaba succionaba y me colaba un par de dedos.
    
    Mis gritos reverberaban en la tienda. Un cliente se asomó y se quedó cerca mirándonos, tocándose la entrepierna por encima del pantalón.
    
    Yo vestida de aquella manera, en un lugar público que cualquiera podría vernos, ella devorándome el coño y follándolo sin piedad. Estaba mandándome a un estado de puro delirio.
    
    Lorraine buscaba todos los rincones entre mis pliegues, paladeándolos, recorriéndolos, éramos la pura imagen de la decadencia. La imagen que llegaba a mis ojos con mi cuerpo flexionándose sobre su rostro, alimentándonos ...
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