1. Me convierto en sumisa en un sex shop


    Fecha: 18/03/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: kittysumise79, Fuente: TodoRelatos

    ... seguían en mis pezones.
    
    —Los tienes muy sensibles y les gusta el dolor, cuando necesites más, solo has de hacer esto —giró las piedrecitas y un agudo dolor los atravesó, grité y me apreté contra ella—, sí, preciosa, muy bien, mírate en el cristal, eres una sumisa excelente, a más de uno le gustaría poseerte podrías llegar a ser mi putita si no tuviera ya una sumisa. —Abrí los ojos, que estaban vidriosos, y pude ver cómo mi cuerpo palpitaba y al desconocido que me miraba con intenso placer—. Ahora, voy a ponerte la otra pieza.
    
    Me colocó un cinturón con más piedrecitas, tenía nueve tiras de cadenas con cierres al final de cada una. Se puso entre mis piernas y fue abrochándolas una a una; cuatro quedaban en un lateral, cuatro en otro y había una que pasaba por el centro de mi sexo. Esta última tenía una piedra verde que quedaba justo sobre mi clítoris. Suspiré al verme. El hombre se acercó más todavía y Lorraine lo miró.
    
    —¿Qué le parece, amo Pain? Es unadelicatessen¿verdad?
    
    Él me lamió con la mirada, no era un hombre en el que me habría fijado, pero destilaba poder; iba bien vestido, era alto, moreno y de rasgos fuertes, duros, podría decir.
    
    —Está muy bella, me gustaría domarla, una sumisa verdaderamente hermosa y la estás embelleciendo mucho más, si eso es posible. —Lorraine sonrió ante sus palabras.
    
    —Bien, eso es justo el efecto que buscamos. Su marido no le hace caso, ¿lo puede creer? Ahora mismo vuelvo, voy a por la última pieza, cuídela mientras tanto.
    
    Me dejó sola frente a aquel desconocido. Me incomodaba un poco con sus ojos, bajé la vista hacia el suelo.
    
    —Tienes un alma sumisa muy potente, me encantaría someterte en una de mis domas y dejarte ese hermoso culo de color escarlata, sé que lo disfrutarías, puedo captar una sumisa a más de cien metros y tú eres una de las buenas, seguro que ahora tu sexo está brillante y jugoso, puedo olerlo.
    
    Olisqueó el aire cerca de mí, lo tenía muy cerca. Estaba un tanto asustada, pero tenía razón, la situación me daba morbo, me sentía un poco excitada y avergonzada a la vez por aquel hombre.
    
    —Levanta la cabeza, sumisa, y mira tus pezones, están tensos, quieren que alguien los succione fuerte o tal vez que les den con una fusta, me encantaría azotarlos para después devorarlos como cerezas maduras, seguro que te encantaría. —Un escalofrío los recorrió y noté como se tensaban más—. Síííí, mira cómo se estiran buscando la atención que necesitan. Eres un pecado hecho mujer y necesitas a alguien que sepa colmar todos tus deseos.
    
    Sacó una tarjeta, entró en el probador y la dejó en el taburete. Después, salió y me miró de nuevo, poniéndose frente a mí.
    
    —Si quieres sentir el verdadero placer y descubrirlo de manos expertas, llámame, te estaré esperando, soy un buen amo y siempre cuido de mis sumisas.
    
    Acercó sus gráciles dedos a mis pezones y dio una nueva vuelta a las piedrecitas arrancándome un nuevo grito de placer y dolor. Sonrió y desapareció por el mismo sitio que había ...
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