1. El accidente que cambió mi vida


    Fecha: 04/06/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Olorarosas, Fuente: TodoRelatos

    ... llevaba del garaje a la vivienda, me dijo:
    
    --Pero no fumes mucho, ese no es un vicio saludable.
    
    Yo sonreí y le di un beso. Pensé que lo que realmente era un vicio muy saludable, era el poder correrme constantemente con la fuerza que lo había hecho esa tarde ¡que ganas tenía de tumbarme en mi cama y masturbarme como loca! Ese orgasmo vespertino, previo al masaje rehabilitador, me había dejado con ganas de más, de mucho más. Y si ella deseaba usarme, yo me dejaría usar y me entregaría a ella ¡ya era hora de sacar placeres de la vida!
    
    Y con la excusa de que estaba cansada (y realmente lo estaba) fui a mi dormitorio, cerré la puerta, me tumbé en la cama y primero por encima de mis bragas y luego directamente metiéndome los dedos a fondo en el coño, me empecé a masturbar con mi cerebro lleno de las pasiones que se me habían desatado esa tarde. El orgasmo fue terrible, mis bragas se mojaron totalmente, y mi cansancio aumentó y me dormí. Unos golpes en la puerta y la voz de mi padre, me despertaron y me levanté para cenar.
    
    Al día siguiente por la mañana, vino una profesora de las de refuerzo de mi colegio (yo estaba de baja escolar) a darme clases (dos días por semana) y ver cómo estaba, y al terminar las tres horas de clase, me dijo sonriente que se había encontrado muy satisfecha de verme "algo cansada pero muy positiva", ¡cómo no iba a estar cansada con esos orgasmos fabulosos! Que siguiese así y que me estaban sentando muy bien los masajes. Que siguiese así… ¡qué más quisiera yo y por mucho tiempo! Lógicamente, al llegar me dio recuerdos de mis amigas y resto profesores. Y no solo me sentí feliz, sino totalmente dispuesta a seguir las recomendaciones sexuales de mi "otra profesora", Paula.
    
    Al día siguiente, volví con mi padre nuevamente al gabinete de rehabilitación, y ya antes de llegar me mojé pensando en Paula. Y al verla, no solo le sonreí, sino que deseé como nunca ser follada por ella. No me preguntéis nada, se que solo era una joven sin demasiadas experiencias, pero algo dentro de mí, me estaba insistiendo a que me entregará a todo, completamente todo lo que Paula quisiese hacer de mí. También mi padre le sonrió ampliamente, y se saludaron muy cordialmente dándose dos besos.
    
    Apenas entré y ella cerró la puerta, me abrazó y me besó de manera muy pasional. Yo devolvía cada uno de los besos y sentía la imperiosa necesidad de entregarme a ella. Sentía su poder sobre mí. Como si dependiese sexualmente de ella. Momentos después nos separamos y las dos respirábamos agitadamente, sobre todo yo que era la inexperta. Me hizo quitar la falda para subir a la camilla y al verme las bragas mojadas, se rió y me dijo que nunca más volviese a ir con bragas a su gabinete. Que quería hacer de mí una puta depravada y esa clase de putas no usan ropa interior. Esas putas exhiben orgullosas su cuerpo.
    
    Al decirle que la señora que atendía la casa dos veces por semana se extrañaría de no verlas para lavarlas, me dijo que podía, por el momento, ...
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