1. El accidente que cambió mi vida


    Fecha: 04/06/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Olorarosas, Fuente: TodoRelatos

    ... pensar que por fin, iba Sergio o Raúl a follarme y no solo me calenté, que ya lo estaba, sino que me puse a hervir. Abracé como nunca a Paula, pasé de ser besada a besarla, acaricié sus pechos, sus pezones maravillosos. Mis labios besaban los suyos, sus orejas, su cuello... Y mis manos se deslizaban por su cuerpo y las suyas por el mío. Nuestras piernas se cruzaron y los labios vaginales de las dos se buscaban, se rozaban y se apretaban buscando darles placer a ellos y a nuestros amados clítoris. Nuestras piernas no se estaban quietas y gracias a los masajes y los ejercicios físicos, me habían enseñado a usarlas de mil maneras, cruzarlas, apretarlas, y a mover las caderas para tener más y más orgasmos.
    
    Y eso fue lo que pasó, empezamos a corrernos las dos, cada una a su ritmo. Y como pasaba muchas veces, nos calentamos de tal manera que nuestros cuerpos se estremecían, sudaban, se agitaban sin parar. Sus pezones y los míos eran mordidos, chupados, pellizcados, estirados, y nuestro lenguaje era totalmente barriobajero. Pero en uno de mis extraordinarios orgasmos, me pareció oír la puerta. Instantes después, Paula, totalmente cansada y sudada, se levantó de encima de mí y bajó de la camilla. Allí, de pié frente a mis piernas en la camilla, estaba Raúl que solo llevaba puesto un slip.
    
    Paula, con una sonrisa malévola en su boca, acarició la abultada polla que se notaba bajo dicho slip y poniéndose detrás de Raúl, se lo fue bajando lentamente mientras su polla se mostraba enhiesta frente a mí. Yo no cabía en mi de gozo, por fin iba a tener esa superfollada que deseaba, para poder presumir de follajes bestias y ser la mayor puta de la pandilla. Ahora sí podría ya follar con mis colegas y demostrarles lo puta que era. Raúl se acercó sonriendo, pasó su mano por mi rasurada vagina y la sacó totalmente mojada ¡con tantos orgasmos debía tener mi coño inundado hasta los ovarios! Apoyó su glande entre mis labios y apretó un poco.
    
    Y poco a poco, lentamente, su polla empezó a entrar, separando con fuerza mis músculos, apretando nervios, desplazando el clítoris… Paula se había vuelto a subir a la camilla y había puesto su culo sobre mi cara de forma que mi boca y mi lengua penetraban en su coño bebiéndome todos sus abundantes flujos. También limpié la entrada de su ano y empecé a meterla dentro del mismo, tal y como me había enseñado y tantas veces habíamos hecho. Paula y Raúl se abrazaron, sus bocas se pegaron. Si al principio de la penetración, las manos de Raúl cogían mis caderas para que entrase sin problemas su gruesa polla, ahora las manos de los tres se movían libremente por los cuerpos de los otros dos, mientras la impresionante polla de Raúl, entraba y seguía entrando en mi coño, hasta que llegó totalmente a mi cérvix.
    
    Y cuando noté cuan profundamente había llegado ese pollón en mi coño bien engrasado por mis corridas, no me pude contener, me volví loca de deseos y mi cuerpo empezó a moverse para no solo acoger toda esa polla, sino para hacer ...