1. Intercambio de roles


    Fecha: 02/06/2019, Categorías: Fetichismo Autor: stahl79, Fuente: TodoRelatos

    ... botones del pantalón hasta que pudo maniobrar para sacar la polla de Carlos. Una polla de goma enorme y muy realista. Comenzó a chuparla mientras le miraba a los ojos.
    
    Carlos permaneció un instante fascinado por la visión, hasta que se repuso y volvió a posar la mirada en el porno. Su intención era que Lorena se sintiera poco más que un juguete para que él se masturbara, prestándole la escasa atención que se prestaría a un simple objeto diseñado para un fin determinado.
    
    Carlos gemía y elevaba la pelvis un poco para empezar a follarse la boca de Lorena, aún suavemente. Mientras tanto, comentaba el porno:
    
    -Qué buena está la puta...
    
    Lorena gimió entonces sin sacar la polla de la boca. Carlos pensó que ella había malinterpretado a quién iba dirigida aquella vulgaridad. Y entonces se atrevió a ir más allá y esta vez sí se dirigió directamente a Lorena:
    
    -Eso es, chupa, puta...
    
    Cada repetición de la palabra "puta" iba calentando más a Lorena, que aumentaba el ritmo de la mamada. Carlos casi podía sentir el placer que le estaría proporcionando de ser su polla de verdad. Se recreó un instante en ese pensamiento: Ninguno de los dos estaba obteniendo placer en realidad, pero desde fuera sería imposible decirlo.
    
    Carlos movía ahora la pelvis hacia arriba y abajo con más intensidad, ya directamente follando la garganta de Lorena, que tenía arcadas y babeaba sin parar. Carlos estaba empezando a tener verdaderas ganas de degradar a esa zorra que estaba arrodillada entre sus piernas, por mucho que "en la vida real" hubiera considerado esto una perversión inaceptable.
    
    Imaginó la típica situación de los dibujos animados en los que un diablillo tentador y un angelito moralista luchaban por atraer al personaje a su terreno. Casi escuchaba a al diablillo Carlos en su hombro derecho animándola a que siguiera follándose la garganta de Lorena y disfrutara de la visión de hilos de saliva viscosos cayendo por sus tetas y al suelo. Después podría obligarla a recogerlo todo con la lengua.
    
    El angelito era Carla. La Carla normal, feminista y que consideraba horrible quitarle así la humanidad a otra persona. Esperó a escuchar qué le recomendaba esa otra vocecita desde su hombro izquierdo, pero la angelita Carla solo era capaz de gemir. Odiándose a sí misma pero sin parar de masturbarse ante la caída en la corrupción de su protegida.
    
    Carlos entonces ya no luchó más contra sus propios deseos. Abandonó toda pretensión de moralidad. Aquello era un juego porno. Igual de porno que la escena que ahora contemplaba absorto en la pantalla frente a él. Lorena gemía mientras se esmeraba en su mamada. Carlos entonces la sacó de su boca repentinamente, escupió en su carita de muñeca y luego la abofeteó. Acto seguido le dijo:
    
    -Mama en silencio, basura, que no escucho el porno.
    
    Tras unos diez minutos más así, Carlos ordenó a Lorena que se pusiera de pie. Ella obedeció en el acto. Entonces Carlos se colocó también de pie detrás de ella y comenzó a deslizar su ...
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