Intercambio de roles - Relatos Eróticos

Intercambio de roles

... hemos visto y tocado. Todo se vuelve real. Ha dejado de ser una fantasía. Tal vez podríamos hablar de ello por última vez antes de ponerlo en marcha.

-¿Te estás echando atrás?

-¡No! Ni mucho menos. Pero estaba pensando que si tenemos alguna pregunta para el otro, algún plan sobre cómo llevarlo a cabo, algún límite que queramos marcar... Ahora sería el momento perfecto para hablarlo.

-Mmmm... no estoy seguro de entenderte. A ver, empieza tú.

-Pues verás... Ya sé cómo sois los hombres. Me pregunto si estás preparado para sentir cosas diferentes y si eso podría afectar a tu... no sé cómo expresarlo... tu "hombría", tu concepto de ti mismo.

-Para nada, lo tengo super claro.

-Aún así, creo que sería buena idea tener una palabra de seguridad.

-Jajaja, a ver, no vamos a hacer nada doloroso ni arriesgado, ni BDSM ni nada... es solo fetichismo... - se apresuró a explicar Hugo. Carla le sostuvo la mirada, así que Hugo terminó cediendo - Pero está bien, si así te sientes más tranquila, elijo "Philautía", que significa "amor propio" en griego ¿Te parece bien?

-Me parece una palabra muy apropiada - aplaudió Carla, y acto seguido añadió - ¿Y tú? ¿No tienes nada que comentarme?

Hugo iba a contestar cuando sonó el timbre la puerta otra vez. Ambos se miraron entusiasmados. Hugo consultó su reloj y dijo:

-Son casi las ocho, ya es muy tarde para que sigan repartiendo ¿no?

-No sé, cielo... ¡Pero abre! - le apremió Carla, al ver que Hugo no salía de su ensimismamiento.

Hugo corrió a la puerta y allí estaba. Otro repartidor, con la misma expresión, mezcla de indiferencia y prisa. Esta vez, Hugo se limitó a recogerlo y cerrar la puerta, no sin antes rebuscar en su bolsillo y darle al repartidor nada menos que tres euros de propina. Así de contento estaba.

El paquete era incluso más grande que el anterior. Esta vez, Hugo y Carla se abalanzaron hacia él y prácticamente lo destrozaron más que abrirlo. Tras hacer un rápido inventario, comprobaron que estaba todo lo que habían pedido. Hugo lanzó una mirada traviesa a Carla.

-¿Es un poco tarde ya, no? Por lo menos tardaremos una hora en prepararnos - dijo Carla, interpretando perfectamente lo que quería decir la mirada de su novio. Este no se dio por vencido:

-Venga... mañana es fiesta. Podemos levantarnos tarde. No hemos quedado con nadie ... - la frase de Hugo quedó como flotando en el aire, desesperada porque alguien la agarrara. Carla quiso fastidiarle un poco más, pero le pareció cruel:

-Mmmmm... bueeeeno, vale. Pero yo me pido el baño grande... jajaja

-¡Mierda!

La pareja se puso entonces a repartirse todas las cosas que había en los paquetes y luego se encerraron cada uno en su baño. Prometiendo salir en una hora.

Lo primero que hizo Hugo fue desnudarse completamente. Mientras observaba toda la ropa y los complementos regados en el suelo, tuvo una erección. Se maldijo, eso era exactamente lo que no podía ocurrir.

Le costó mucho que su pene volviera a estar ...