1. Intercambio de roles


    Fecha: 02/06/2019, Categorías: Fetichismo Autor: stahl79, Fuente: TodoRelatos

    ... flácida, pero lo consiguió leyendo pasajes sueltos de La Insoportable Levedad del Ser, novela de la cual tenían un ejemplar en uno de los armaritos del baño.
    
    Maldiciéndose por los casi 15 minutos perdidos en aquella contrariedad, se apresuró a ponerse una extraña prenda que casi parecía un tanga. Constaba de unos elásticos que se ajustaban a sus caderas y una especie de bolsa para guardar allí su pene y sus testículos. Esta era muy pequeña y de un material semirígido. Su intención era mantener el "paquete" lo más pequeño posible. Los elásticos se encargaban de sujetar bien todo el conjunto aprisionado hacia atrás. A Hugo le recordó a esa práctica que algunos hombres hacen cuando echan su pene hacia atrás, quedando este entre las nalgas para ocultarla completamente si se mira desde delante. Dando la sensación de tener en su lugar una vulva.
    
    Una vez confinado su "paquete" de tal manera que la erección sería imposible, Hugo se aplicó polvos de talco por todo el cuerpo. Su aroma le encantó. Le hacía sentir delicado. Sonrió. Ya estaba metiéndose en el papel.
    
    Tras esto, procedió a meter los pies en lo que solo podría definirse como una segunda piel de latex, de un color marrón claro, similar al de su propia piel. Con mucho cuidado, estiró el agujero del cuello y fue metiendo las piernas una a una hasta que los dedos de sus pies alcanzaron el final. Luego, fue ajustando la prenda a sus piernas hasta llegar a la cintura.
    
    En ese momento, Hugo se recreó en el detalle fundamental: a la altura de la entrepierna, había un cilindro de plástico de unos tres dedos de grosor y 20 cm de largo. Quedaba colocado por dentro, a la altura de su bajovientre y uno de sus extremos se comunicaba con el exterior mediante un agujero, coronado con bastante pliegues de plástico que describían vagamente la forma de un rombo irregular. Es decir, era un coño falso. Parecido a las vaginas en lata que venden en los sex-shops, pero incorporada a la segunda piel ¡Qué maravillosa idea!
    
    Tras esto debía colocarse las tetas falsas, de talla 100 y de un tacto y consistencia increíblemente realistas. Ahora podía seguir colocándose la segunda piel, cubriendo esas tetas, hasta llegar al cuello. Le encantó el detalle de los pezones, que parecían caer justo en su lugar. La segunda piel encajaba como un guante. Hugo se alegró de no haberse comprado por internet la primera que vio y decantarse por gastarse mucho más dinero encargándola en una tienda especializada, que le tomó medidas exhaustivamente. Lo único que le chirriaba era el bulto que el coño falso provocaba en su vientre. Confió en que el corsé que pensaba ponerse lo disimularía un poco. En cualquier caso, era un precio bajo a pagar por tener todo un coño que Carla podría follarse con su nueva polla de goma.
    
    Ahora llegaba la fase qué más temía. A pesar de mostrarse seguro y sin dudas hace un rato ante su novia, Hugo no sabía cómo iba a reaccionar cuando se pusiera la máscara de latex que casi convertiría su cara en la ...
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