Merche y sus guarradas en el campamento - Relatos Eróticos

Merche y sus guarradas en el campamento

... pegaron a la mugre que cubría el suelo. Se situó entre las literas y como siempre le hacía al gordo, lo dejó para el último. Así que se arrodilló delante de David y de Kevin mostrando su culo al gordo al gitano y al gordo.

Comenzó a mamar alternando unos minutos a cada polla. La morcillona de David, apenas entró en la boca de Merche, se puso tiesa como un palo. Los cuatro jóvenes reposaban sus cabezas en la pared para observar el espectáculo. Dos para ver en primer plano la capacidad mamatoria de la hembra. Los otros dos, para verla mamar igualmente, pero con un primer plano de su hermoso culazo. De estos dos, el gordo José Miguel permanecía más activo. Mientras esperaba su turno de mamada, con su pie jugueteaba con el coño de Merche. Los labios colgantes le indicaban al gordo por donde meter sus dedos y buscar penetrarla o rozarle la pipa. La rubia gemía de gusto y abría más las piernas invitando al gordo a seguir con su paja con el pie.

Merche ahora chupaba la pollaza de Kevin tras dejar a David a punto de correrse. El niñato se incorporó para marcar con sus manos sobre la cabeza de la rubia mamadora, el ritmo de la chupada. El pie del gitanillo Miguel sustituyó al del gordo en el coño de Merche. El niñato seboso se incorporó para poder sobar con sus manos el culo de la rubia. Alternaba un manoseo con una nalgada, estremeciendo así el cuerpo de Merche.

-Te pone perra ehhh – le dijo el gordo.

Se chupó uno de sus gordos dedos y lo llevó al ojete de la rubia metiéndolo lentamente. Primero un poco, sacándolo y metiéndolo entero resbalando no sólo gracias a la saliva del gordo, también el hecho de que la rubia estuviera totalmente empapada de sudor.

-Huyyy que puerca, la rubia. Esto que es asquerosa? – dijo riendo al sacar el dedo con un pegote de mierda agarrado en su uña.

-Jajaja, que no he cagado después de comer, para que me la saques tú a pollazos – contestó Merche sacando la tranca de Kevin de su boca.

-Que bien me conoces, puerca - y diciendo esto se volvió a tumbar llevando su dedo sucio a su polla. Con la baba que soltaba su capullo, el pegote de mierda se quedó pegado coronando la gorda tranca.

-Vente a mamar por aquí rubia, que tiene premio – dijo el gordo riendo.

La rubia se incorporó mostrando su cuerpo nuevamente a los niñatos. Apestaba a sudor y su barbilla brillaba de jugos de polla. David pajeando su polla de forma descontrolada se puso de pie pegado a ella. Con su mano libre recorría el cuerpo de la hembra de forma desesperada mientras sus lenguas en el aire se anudaban dejando caer goterones de saliva. Para aumentar el placer del niñato, Merche llevó su dedo al culo y se lo metió.

-Diossss que gusto. Me voy a correr perra – gritaba David.

-Aguanta, cabronazo. Cuando yo te diga – dijo Merche poniéndose nuevamente a cuatro patas en el suelo. Pero esta vez de cara al gordo y el gitano. Levantó su culo poniéndolo en bandeja delante de la polla de Kevin.

Y mirando a los dos niñatos que estaban a su ...