1. Antes de las vacaciones


    Fecha: 28/05/2019, Categorías: Gays Autor: ShatteredGlassW, Fuente: CuentoRelatos

    ... sonrió, pero no habló. Se limitó a coger una taza llena de zumo de manzana que tenía encima de la mesa y a dar un par de tragos.
    
    –Yo pensé que sólo querías… sexo. Nunca dijiste nada y pensé…
    
    –Lo intenté, desde el primer día en la playa. Pero te pusiste nervioso y creí que lo mejor era esperar un poco más. Y después repetimos y repetimos y no parecía que quisieses hablar de nada, pensé que estabas bien con la situación, pero yo no. A mi me gustas, y si no quieres salir conmigo me gustaría al menos saber qué quieres.
    
    Una cálida sensación brotó de su pecho y le caldeó el cuerpo entero. Suspiró y por primera vez desde que le había dicho que quería hablar pudo inspirar hondo. Sintiéndose repentinamente travieso sonrió y relajó su postura, cruzando una pierna sobre la otra.
    
    –¿Si digo que sí me dejarás tocarte el afro? Pero tocar de verdad.
    
    –Quizá sí, quizá no –respondió sonriendo divertido–, pero seguro que te dejo tocarme más cosas.
    
    –Entonces digo que sí. Sí, saldré contigo. Seré tu novio.
    
    Inclinándose hacia delante agarró la cara de Iván con ambas manos que se quedó muy quieto, como un ciervo deslumbrado por los faros de un coche. Sergio apretó sus labios contra los del joven, que abrió los suyos y le permitió el acceso a su boca. Su lengua cálida y húmeda se abrió camino, avanzando por la boca de Iván que llevó sus dedos al espeso cabello de su ahora novio que le rodeo la cintura con sus brazos delgados estrechándole más contra sí. Iván se maravilló de la textura de los rizos, tan espesos, suaves y mullidos que apenas podía llegar al fondo de semejante maraña. Deslizó las manos hacia abajo mientras Sergio clavaba sus pequeños dientes, regulares y parejos, en su labio inferior. Los rizos se deshicieron bajo sus manos para saltar y recuperar su forma cuando dejó de estirarles.
    
    Se separaron entre jadeos, pero ni Iván sacó las manos de la melena de Sergio, ni este soltó la cintura de Iván. El chico acarició los espesos muelles de la cabellera de su amigo y se inclinó para darle un suave beso, rápido y breve, el que se quedó a deber la noche anterior. Sergio le sonrió y le atrajo más hacia él, acariciando su espalda de arriba abajo.
    
    –¿Puedo hacerte una pregunta?
    
    –Claro, la que quieras –respondió Iván sonriendo.
    
    –¿Por qué nunca me dijiste nada? O hablaste conmigo, si pensabas como yo.
    
    –No lo sé, no sabía si querrías algo o si solo querías sexo. No quería perder la amistad.
    
    Sergio asintió y siguió acariciándole la espalda. Iván se armó de valor, mirando esos ojos grises tan claros y fascinantes.
    
    –¿Puedo hacerte yo una pregunta?
    
    –Sí, por supuesto. Dime.
    
    –¿Por qué…? ¿Por qué nunca has usado conmigo lo que tienes en ese cajón?
    
    –¿Qué cajón?
    
    Las caricias se detuvieron al tiempo que ambos se separaban. Las manos de Iván cayeron lacias a ambos lados de su cuerpo. Sergio miró con suspicacia a Iván que pareció encogerse ligeramente. Con la cabeza gacha y sin mirarle directamente volvió a hablar, de manera ...
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