1. Antes de las vacaciones


    Fecha: 28/05/2019, Categorías: Gays Autor: ShatteredGlassW, Fuente: CuentoRelatos

    ... chascarrillo. Cuando por fin pararon de reír tenían flato y se doblaban sobre sí mismos, con las lágrimas escurriendo mejillas abajo. Por fin Sergio se incorporó, con las manos en las lumbares para disminuir la punzada que sentía en el costado, y dando un par de golpes al suelo con el pie llamó al orden.
    
    –Vamos, os va a encantar lo que tengo pensado.
    
    Ahí estaba, mandón como siempre y con una sonrisa ilusionada en la cara. Los demás elevaron fingidas protestas, pero Iván no. Se limitó a situarse a su lado, rezagado tan solo unos milímetros y, aunque sonreía, la expresión de sus ojos parecía indicar claramente que estaría dispuesto a seguirle hasta el fin del mundo si se lo pidiese. Sergio le palmeó el brazo por encima del codo como agradecimiento por lo que consideró sólo interés en el plan y echó a andar entre risas y bromas, principalmente dirigidas contra otro de sus compañeros, ausente por no haber terminado aún los exámenes. Del habitual grupo de cinco que solían ser, Rodrigo era el único que estaba estudiando un doble grado en estudios internacionales y derecho. Se mataba a estudiar, pero no parecía importarle demasiado. De hecho, Sergio tenía la firme creencia de que disfrutaba más rodeado de apuntes que de sus amigos de carne y hueso.
    
    Sergio miró de reojo a Iván, que conversaba animadamente con Alba sobre el nuevo novio de esta. Al principio se había sentido ligeramente decepcionado cuando se enteró de que su amigo se decantaba por la historia como carrera. Al menos hasta que él mismo empezó trabajo social, su auténtica vocación. Iván aspiraba a ser profesor y le encantaba enseñar, era paciente, atento y detectaba con facilidad quién necesitaba más ayuda y quien se limitaba a hacer el vago. Y ni siquiera con ese intento de barba que había adoptado últimamente conseguía dejar de transmitir la imagen de ser un pedazo de pan. Verle tan feliz con su grado como sabía que estaba le compensaba de sobra el perder seis horas al día a su lado, aunque nada pudiese hacer con la otra amarga sensación que arrastraba desde el verano pasado.
    
    Guiando a sus amigos les condujo a una sala bastante pequeña, custodiada por un portero que tenía más pinta de hípster que de guardián de una discoteca. Se limitó a revisar el móvil de Sergio y a dejarles pasar con un gesto aburrido. Los cinco jóvenes se apelotonaron y entraron juntos, siendo recibidos por una frenética música en vivo con obvias reminiscencias del pasado, de los locos años veinte. Sobre un escenario minúsculo una banda tocaba versiones jazz de canciones más o menos modernas, dándoles tantísimo ritmo que el cuerpo empezaba a bailar automáticamente. Contra las paredes había algunas mesas y sillas, en su mayoría desocupadas pero llenas de vasos vacíos. El centro de la estancia estaba lleno de bailarines que se movían sin descanso, incluso los músicos bailaban a la vez que tocaban.
    
    –¿Qué es esto? –preguntó Lucas intentando que Marta no le arrastrase a la pista.
    
    –¿Tú qué crees? Música ...
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