Merche y sus guarradas en las clases particulares - Relatos Eróticos

Merche y sus guarradas en las clases particulares

... tanga bajó más fácilmente. Por lo pequeño y por lo húmedo que estaba. Se sentó en el váter y soltó un sonoro pedo. Sonreía pensando en que aquellos niñatos hubieran escuchado su ventosidad desde el salón. Comenzó a soltar un buen chorro de pis y prácticamente a la vez, su ojete se abrió soltando dos largos mojones. Las salpicaduras de agua mojaron sus nalgas, y metiendo su mano, extendió esta agua meada por su culo y su coño abierto. Comenzó a pajearse el coño con sus deditos y recordaba diferentes folladas recibidas para calentarse…

Entonces recordó de qué conocía aquel niñato gordo... Era tan gordo como su padre. Uno de los hermanos viciosos dueños del súper de su barrio. De eso conocía al gordo, de verlo en el barrio cuando se pasaba por el trabajo de su padre y su tío.

En ese momento se abrió la puerta del baño. Mejor dicho, la abrió el niñato muy lentamente. Entró con una sonrisa en la cara. Su canijo primo permanecía detrás mirando por encima del hombro de su primo. Merche no paró de pajearse. Aumentó el ritmo de sus dedos.

-Ya sé de qué te conozco – gritaron ambos a la vez, rubia y gordo. Las risas fueron generalizadas. Hasta el primo rio, pero de una forma tan extraña, que demostraba una vez más que no era muy normal.

- Te he visto por el barrio y mi padre me dijo un día que eras un pedazo de guarra. Que te metió una follada con mi tío y fuiste una puta asquerosa- dijo el niñato.

-Que discreto el cabrón de tu padre. La verdad que lo pasé bien. No me importaría repetir – contestó Merche sonriendo. Y sacando los dedos de su coño los chupó, escupió en ellos y se lo volvió a llevar al coño.

-Venga sacaros las pollas, que me he puesto muy cachonda – dijo Merche sacando su camiseta y soltando su negro sujetador.

El gordito mientras avanzaba se iba quitando la camiseta. Detrás su primo lo imitaba. El gordo se situó a la derecha de la rubia, dejando a su primo al otro lado. Merche sobó las pollas por encima de los pantalones con sus dedos mojados. Apenas tuvo tiempo de palparlas porque los chavales rápidamente se bajaron los pantalones. El gordo unas bermudas vaqueras que se bajó junto a unos calzoncillos negros. Su primo llevaba un pantalón de chándal azul, pero extrañamente se dejó los slips sacando su polla por encima de la cinturilla.

Ante Merche aparecieron dos nabos muy diferentes. El del canijo era muy delgado, pero con 23 cm de largo. El otro mucho más corto, pero ancho como una lata de cerveza. Parecía reventar con sus venas azules marcadas. Y eso que la guarra no la había aun ni tocado.

-He llamado a mi padre. Nos vamos al chalé el finde y mi tío se encarga de abrir mañana. Me iban a recoger abajo, pero dice mi padre que sube a saludarte – dijo el gordo mientras plantaba su polla delante de la cara de la rubia.

Merche descapullaba y pajeaba despacio ambas pollas mientras sonreía lujuriosa pensando en la follada que le metieron ambos maduros en el almacén del super. De su coño salió un espeso goterón de ...