Merche y sus guarradas en las clases particulares - Relatos Eróticos

Merche y sus guarradas en las clases particulares

... puta eres – decía el cartero cerrando los ojos y con su cabeza hacia atrás.

Tras dejar los cojones totalmente babeados, y pensando en que tenía poco tiempo, la rubia se metió la gorda polla entera en su garganta para comenzar una mamada profunda y rápida. El cartero pareció despertar de un trance.

-Joder la puta como mamas cabrona. Dale, dale – decía agarrando la cabeza de la rubia por su larga melena con las dos manos.

Las arcadas comenzaron a ser audibles de forma clara. Un rio de babas caía al suelo colgando de la gorda polla.

-Me corro cabrona, trágate mi leche, so puerca. Toma lecheeee, ahhhh, ahhhhh, traga puerca – se corría el cartero sin saber que Merche ni mucho menos pretendía dejar de tragarse su caliente lefa. Todo lo contrario, su objetivo era llenar su estómago de aquella espesa y grumosa lefa.

Unos minutos después, el cartero bajaba en el ascensor con el disgusto de no haber podido follar con aquella hembra. Pero contento de la mamada recibida y de la promesa de la rubia de quedar otro día para guarrear a gusto los dos. Merche apenas tenía tiempo de cambiarse de camiseta. No le daba tiempo ducharse, así que el olor a sudor y meado que impregnaba su piel era más que resultón.

Llevaba apenas diez minutos en la casa cuando llamaron al portal. Le dio el tiempo justo de abrir las cortinas del salón y de acercarse a la cocina a verla. Su amiga le dijo que era las únicas habitaciones que usaba. Más el baño, lógicamente. Había dos dormitorios que a Merche no le dio tiempo ni abrir las puertas. La cocina bastante grande y el salón con una gran mesa para unas 12 personas.

-Soy yo, abre. Mis hermanos hoy no vienen – dijo una voz a la que Merche no contestó. Se limitó a pulsar el botón de apertura. Dejó abierta la puerta del piso y se sentó a esperar en el salón. Pronto escuchó voces de dos personas que entraban y cerraban con un gran portazo.

-Que mis hermanos hoy no vienen que tienen examen. Vengo yo con el canijo y….joder, ¿Tú quién eres? – dijo sorprendido el niñato que acababa de entrar. Era un gordito en bermudas y camiseta blanca. Dos cadenas de oro por fuera de la camiseta, aros en sus orejas y tatuajes en sus manos dejaron claro a la rubia que estaba ante todo un cani. Su acompañante era mucho más alto. Delgado, y con una cara de tonto que no podía con ella.

-Se dice el canijo y yo – dijo Merche con una sonrisa.

Merche pronto se enteró de que eran primos. Al final había perdido la follada con el cartero para repasar inglés a un cani y a un tonto…La cosa es que la cara del gordito le resultaba familiar.

-Yo te conozco rubia, pero no caigo de qué – le dijo el cani al empezar la clase. Y así pasaron la primera media hora. El tonto no acertaba ni una porque no podía y el cani porque no quería. Y a cada momento sonreía y repetía que se conocían de algo…

-Voy al baño. Seguid con el ejercicio – dijo Merche.

Merche se bajó los vaqueros con dificultad por lo estrechos que eran. A continuación, su negro ...