1. Lola, 65 años y paseando conmigo por su barrio.


    Fecha: 26/05/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Jago, Fuente: TodoRelatos

    ... hasta sacarle brillo. Yo la sujeté de la cabeza y le dije: “Mmmmm……Lola…..mmmmmm. ya sabes que me gusta que te dejes ahí todo el carmín………..mmmmmmmmm…….ya sabes que cuando saques de ahí la boca no quiero ver nada de maquillaje en tus labios…..mmmmmmm”, la dije mientras sonaban los chupetones que me estaba dando en el capullo.
    
    Ni que decir tiene que Lola dejó toda la pintura de sus labios allí. Cogí a Lola de la barbilla y la hice levantarse, esa mamada podría haber acabado conmigo si no la detengo. Cuando estuvo de pie le dije a Luis que me dijese cual era mi sitio en el dormitorio y los tres nos dirigimos hacia él. Luis me señaló con el dedo el lado de la cama en el que él había dormido años y años y destapó la cama para nosotros. Me tendí en mi sitio y le dije a Lola que se quitara la falda pero no las medias. Su cuerpo rollizo apareció ante mí. Me gustaban sus carnes. Las medias no eran de braga, se sujetaban a sus muslos con un adhesivo el cual no necesitaba, los tenía tan gordos que jamás se le hubiesen caído.
    
    Cuando la tuve así la ordené que se quitase las bragas. Ahí fue donde descubrí que ahora sí llevaba compresa y que esta tenía restos amarillentos. Lola esta vez al verlos me miró con cara de morbosa, sabía ya que para mí ese no era un problema. Me quité de ese lado de la cama y le dije: “Lola……ven aquí y apoya la cabeza donde dormía el cornudo….apoya la carita y ponte como si fueses una perrita cariño……….”. Muy sigilosa obedeció mis indicaciones y de repente apareció su grupa ofrecida para mí y su cara estaba hundida en la almohada. Me impresionó ver ese enorme culo blanco ofrecido y esos labios vaginales tan gordos delante de mi vista. Me puse tras ella y empecé a refregarle el capullo por los labios vaginales. Ni que decir tiene que emanaba flujos de forma abundante.
    
    Miré al marido, la miré a ella y le pegué un empujón que hundió su cara contra la almohada. Lola pegó un grito enorme que se escuchó en toda la casa. La cama se movió entera. La agarré de las caderas y comencé a follármela duramente. Mi polla se enterraba literalmente es ese montón de carne. Me encantaba apretarle fuerte y rebotar contra su culo y sus muslos. Cada vez le daba con más fuerza. La agarré del pelo: “Lola…..mmmmm…….cogéte los muslos……mmmm……pon tus manos detrás……..mmmmmmm…….cógetelos y ábretelos…….mmmmmmm” Lola puso una mano en cada nalga y se abrió el culo de par en par. Yo aumenté el ritmo y la dureza de mis embestidas mientras la agarraba del pelo. Luis no quitaba ojo de los empujones que le daba a su esposa y seguía pajeándose allí de pie. Lola jadeaba ya como una perra.
    
    Sólo me hicieron falta una decena de empujones para que Lola comenzase a gritar y a empezar a correrse. Subió ese enorme culo hacia arriba y sus muslos comenzaron a temblar y sus gritos debían ser perfectamente escuchados fuera del piso. Esa mujer bramaba de placer y sintió un orgasmo que la hizo morirse de gusto. Le dije que no se moviese mientras ella no cesaba de jadear. ...
«1...3456»