El padre de mi novio me hace una oferta - Relatos Eróticos

El padre de mi novio me hace una oferta

... cualquiera.

Ignacio me estaba ofreciendo la posibilidad de decidir con qué negocios trabajaría a partir de ese momento. Me daba la responsabilidad de asegurarme de que sus materiales no se utilizarían de forma ilegal o abusiva con los animales. Era una responsabilidad muy grande, pero estaba decidida a aceptarla.

Le dije que sí, y a la mañana siguiente ya estaba ocupando mi despacho. Al principio me sentía muy perdida, no entendía casi nada, pero poco tardé en hacerme con la situación. Trabajaba mano a mano con Ignacio, lo cual me daba mucha tranquilidad. Siempre me pareció un gran hombre, pero esos primeros días a su lado me lo confirmaron.

Lo que más me sorprendió fue que no paraba de trabajar ni un solo instante. Pensaba que siendo el dueño de la empresa, el mandamás, delegaría casi todo en sus empleados, pero se pasaba el día reunido, hablando por teléfono o de un lado para otro. En sus huecos libres yo aprovechaba para contarle todo lo que había descubierto y aconsejarle sobre qué propuestas debíamos aceptar y cuáles no.

Trabajar al lado de un hombre así también tenía consecuencias negativas, sobre todo para su hijo. Fue inevitable compararlos y ver que Ignacio era un hombre trabajador, listo y sumamente cuidadoso tanto con sus palabras como con sus actos. En comparación, Gus solo me parecía un flojo sin ningún tipo de motivación en la vida.

Con ese panorama, mi idea era asentarme en la empresa y buscar mi propia casa lo antes posible. Hasta que eso sucediera, no me quedaba más remedio que seguir con Gus, para evitar un posible enfado de su padre, pero ya no estaba dispuesta a seguir acostándome con él. Con la excusa del cansancio, le iba dando largas.

Gus ya ni siquiera me parecía atractivo. Pensaba para mí misma que yo merecía un hombre más maduro, no un crío. En esos momentos, la imagen de Ignacio venía a mi cabeza. Cuando eso sucedía, no podía evitar imaginarlo como el amante perfecto, un empotrador con experiencia que podría llevarme a límites con los que su hijo ni podía soñar.

- ¿Kira?

- Sí, ¿qué sucede, Ignacio?

- ¿En qué estabas pensando tan distraída?

- Mejor que no lo sepas.

- Vale, vale. ¿Cómo va el informe que te pedí?

- Ya está terminado.

- ¿En serio? Eres el mejor fichaje que he hecho nunca.

- No exageres.

- Ahora tengo una reunión. ¿Lo comentamos en casa después de cenar?

- Claro, sin problema.

- Si tenías algún plan con Gus lo dejamos para mañana.

- No, tranquilo, él y yo nunca tenemos planes.

- Ya, ese chico solo quiere estar en casa. Con lo afortunado que es...

- ¿Por qué dices eso?

- Si yo tuviera una novia como tú, iría con ella a todas partes, aunque sea para presumir de bellezón.

- Ojalá yo también tuviera un novio como tú.

- Pero con veinticinco años menos, ¿no?

- No, si precisamente eso es lo que más me pone de ti. Perdón, no debí decir eso.

- ¿Lo que más? ¿Quiere decir que hay otras cosas que te... gusten?

- Me excita tu virilidad, tu ...