El padre de mi novio me hace una oferta - Relatos Eróticos

El padre de mi novio me hace una oferta

... padres, me fui a la ciudad con dos maletas llenas de sueños e ilusiones, pero sin trabajo y sin un solo euro en el bolsillo. Me hubiera gustado echarle la culpa a un arrebato adolescente, pero ya tenía veintidós años.

Al conocer a Gus en persona, pensé que mi impulso había merecido la pena. Era alto y todavía más guapo de lo que parecía en fotos. Sus padres me acogieron de maravilla en su lujosa casa y me asignaron una habitación enorme. Iba a ser algo temporal, hasta que encontrara trabajo, aunque aunque nada más llegar supe que me costaría irme de allí.

Lo mejor de que aquella casa fuese tan grande era que Gus se podía colar en mi habitación sin que sus padres se enteraran. Aunque él estaba de vacaciones y no tenía nada mejor que hacer, yo durante el día procuraba mantenerme ocupada buscando trabajo. Pero en cuanto llegaba la noche, recibía la visita de mi novio.

No era tan buen amante como había imaginado, pero con los días fue mejorando. Además, el morbo de hacerlo estando sus padres en casa podía suplir algunas de sus carencias. Nunca había estado con un chico al que le entusiasmara tanto comerme el coño, eso también era de agradecer.

Otro aspecto positivo era mi relación con sus padres. La madre de Gus era encantadora. Desde el primer momento me trató como a una hija. Era doctora y pasaba muchas horas trabajando, pero aun así, siempre que estaba en casa, se tomaba tiempo para hablar conmigo y asegurarse de que no me faltara de nada. Jamás me metió prisa para que encontrara pronto un empleo.

Con su padre también iba todo muy bien. Era un hombre culto y educado, un trabajador incansable que había creado él mismo una empresa y la acabó llevando a lo más alto. Físicamente era muy parecido a su hijo, pero con un toque de madurez que lo hacía muy interesante. Daba gusto hablar con él de cualquier cosa.

Todo era demasiado idílico para ser cierto. Vivir en una casa lujosa sin pagar, los suegros encantadores, el novio guapo que me come el coño y cada vez folla mejor... algo no me cuadraba. Había cosas de Gus que no me gustaban demasiado, como que pasara todo el día en casa jugando a videojuegos. Me prometió que era un chico muy activo al que le encantaba hacer cosas, pero nunca íbamos a ningún lado.

- Gus, llevo aquí más de un mes, ¿cuándo terminan tus vacaciones?

- Muy pronto, nena.

- No hay ningún trabajo que dé tantos días libres, ni siquiera estamos en verano.

- Vale, está bien. No tengo trabajo.

- ¿Por qué me has mentido?

- Para que no pensaras que soy un parásito.

- No lo pensaría si estuvieras buscando empleo como yo.

- Mis padres ganan mucho dinero y no me exigen nada.

- No es solo por el dinero, tienes que hacer algo con tu vida.

- Ya estuve un tiempo trabajando con mi padre, pero eso no era lo mío.

- ¿Y qué es lo tuyo?

- Quererte, Kira.

- No me digas eso que sabes que me ablandas.

- Somos jóvenes, vamos a disfrutar... ya habrá tiempo para trabajar.

Sabía que cuando me ...