A la una, a las dos, y a las tres...¡Vendida! - Relatos Eróticos

A la una, a las dos, y a las tres...¡Vendida!

... directamente a la otra esclava y ella me mira a mí... Su intensa respiración no impide que hagamos un sólido contacto visual, ni tampoco el sudor que le cae por la cara mientras lucha por contener el orgasmo.

Sin una palabra entre nosotros, me dice con sus ojos lo afortunadas que somos las dos de ser obligadas a actuar como juguetes para estas mujeres... Qué suerte tenemos de que nuestros cuerpos sean juguetes y de que tengamos la oportunidad de que nos ordenen retener el orgasmo y ser completas putas y rameras para que ellas puedan ser felices.

Sin una palabra, le digo:‘lo sé’ con la mirada.

- "¡Para!", dice la morena... Y la otra esclava, de inmediato, se quita la mano del coño.

Pero el espectáculo no ha terminado... Mientras todavía está a cuatro patas, mi Ama morena saca de su bolsillo un vibrador... La otra esclava no puede verlo y no ha pensado en prepararse.

Pienso por un momento en hacer un gesto con la cara para indicar lo que está por venir... Pero no debo hacerlo... Por qué negarle a esta mujer el placer de ser sorprendida por su Ama y saber la humillación y el tormento que sufrirá para el placer de nuestras Amas.

Entonces, la esclava comienza a recuperar el aliento mientras permanece a cuatro patas, cuando de repente, el vibrador es metido dentro de su coño, y ella grita.

Podría correrse en cualquier momento, pero no lo hará... Ella lo evitará como se le ordenó.

Esto continúa por algún tiempo... Sé que el espectáculo es para que yo lo vea... Mis nuevas dueñas quieren que vea lo que me depara el futuro... Quieren que me excite y reflexione sobre lo que me depara.

La mayoría de las chicas se asustarían al saber que su futuro es estar siempre desnudas, usadas y abusadas... Yo no... Soy una esclava.

Eventualmente, el tormento de la otra esclava se detiene, y la Ama morena le quita la correa y le ordena que se arrodille a mi lado, lo cual hace al instante.

La morena se me acerca y tira de mi cuello con fuerza, indicando que debo ponerme de pie.

Como todavía tengo las manos esposadas, me toma un momento encontrar el equilibrio, pero lo hago.

Entonces, comienzan a inspeccionarme, como un coche usado que acaban de comprar y quieren buscar fallos.

La Ama rubia está detrás de mí, y comienza desde abajo, mirando mis piernas, subiendo hasta mi culo y subiendo por mi espalda... La Ama morena está frente a mí... Comienza desde mi cara, mirando mis dientes y bajando a mis pechos, bajando por mi estómago, y desliza un dedo dentro de mi coño... Luego lo saca y descubre que estoy empapado.

- "Annie", dice ella.

- "¿Sí?", le pregunta la Ama rubia.

- "Está empapada... Te dije que puedo distinguir a una verdadera puta cuando la veo", responde la Ama morena sonriendo.

- "Tú, siempre puedes distinguir a las verdaderas putas de las falsas."

Se a lo que se refieren... A muchas de las chicas que entrenaron conmigo se les hizo creer que eran putas... Nuestros entrenadores les impusieron la promiscuidad... ...