A la una, a las dos, y a las tres...¡Vendida! - Relatos Eróticos

A la una, a las dos, y a las tres...¡Vendida!

... complacer a un hombre, una mujer, una pareja y todos lo que quisieron de mí.

Una vez le dije a mi entrenador:

- "Creo que me gusta complacer más a las mujeres que a los hombres”... Nunca pensé que eso lo diría yo.

Se volvió y me golpeó.

- “Lo único que te debe importar es que le agrades a quien te compre... No tienes que tener preferencias, ni deseos, excepto ser una puta para el placer de tu dueño", me dijo secamente.

Así que aquí estoy esperando, queriendo nada más que complacer a quien sea mi dueño ahora... Lo quiero, lo necesito, vivo para ello... Quienquiera que abra esa puerta se convertirá en mi razón de vivir... Mi boca, mi coño, mi culo serán suyos para que los tomen.

La puerta se abre.

Entran dos mujeres, una morena y una rubia... La morena es la más alta de las dos y parece del tipo dominante... Piernas largas, cuerpo firme, brazos fuertes y usa un lápiz labial rojo oscuro que acentúa sus rasgos marcados... La rubia está más es pequeña y guapa... Tiene grandes pechos que se ven enormes en su pequeño cuerpo.

Ninguna de los dos está vestida como una dominatriz... De alguna manera, esperaba que a los compradores de esclavos les gustara el cuero y las cadenas... Mis dos nuevas dueñas están vestidas con jeans y camisetas... Aún así, son las mujeres más hermosas que he visto.

Me arrodillo en silencio, excitada como estoy sólo por ver a estas dos hermosas mujeres... Estoy ansiosa por demostrar lo puta que soy... Quiero que sepan que su compra fue la correcta, pero aún no me han dado ninguna orden.

- "Una esclava ni siquiera se rasca la picazón sin permiso", me dijo.

Detrás de ellas, con una correa, está la chica que me trajo por primera vez a esta habitación, pero ya no está en esa cómoda posición de poder con la arrogancia que tenía antes... Está desnuda, como yo, y temblando... Está sudorosa y sus rodillas están débiles.

No sé qué le ha pasado, pero deduzco que quizás nuestras dueñas la han usado y se han salido con la suya sin dejar que se corriera.

Está demasiado cachonda para caminar en línea recta... Dios, cómo la envidio... Es muy afortunada de sufrir tal humillación para satisfacer a estas mujeres... Espero contra toda esperanza que pronto me hagan cosas tan humillantes y me traten como la puta que soy... Mi coño gotea sólo de pensarlo.

Cierran la puerta detrás de ellas y la morena se vuelve hacia mi compañera esclava y le dice:

- "¡En posición!"

Sin dudarlo, la otra esclava cae a cuatro patas, mete su mano por debajo del estómago y comienza a tocar su coño con los dedos.

Sus gemidos son intensos más allá de lo creíble... Sin duda ha estado deseando correrse durante mucho tiempo, tal vez horas, ya que no tengo idea de cuánto tiempo he estado sola en esta habitación.

Mi Ama morena, se para al lado de la esclava, sujetándola con la correa, mientras mi Ama rubia camina detrás de mí, pone su mano en mi hombro, levanta mi cabeza y me dice:

- "¡Mírala!"

De inmediato miro ...