A la una, a las dos, y a las tres...¡Vendida! - Relatos Eróticos

A la una, a las dos, y a las tres...¡Vendida!

... hasta que llegué a un estado en el que no quería nada más que correrme y liberar la tensión... Pero nunca lo logré... Todo lo que debía hacer era complacer a quienquiera utilizarme para ello.

Sólo conozco el dolor y la humillación, que me enseñaron a sufrir.

Ahora, mientras la miro, todo en lo que puedo pensar es en complacerla... Es todo lo que quiero, todo lo que necesito es complacerla... Ella se acerca caminando hacia mí y yo empiezo a respirar con dificultad.

Puedo oler su sexo... Me saca de quicio... Quiero utilizar mi lengua con ella, pero una esclava nunca actúa sin permiso.

Ella me ve jadeando, con muchas ganas de probarla.

Ella sabe en qué estado estoy, cómo me han entrenado y cambiado, hecho de mí un juguete... Me estoy convirtiendo en una viciosa que tiembla esperando complacer.

Ella se acerca más... Su falda ahora esta pegada a mi cara... Y ahora un poco más cerca cuando mi nariz se desliza debajo de la tela... Quiero sacar la lengua, pero me resisto, como una buena puta... Incluso empiezo a lloriquear, y ella lo escucha y se ríe... Ella se ríe de mi tormento, se ríe de lo sucia que soy, y su risa me excita aún más.

Recuerdo cuando pensé que podía resistirme a ellos... Era cuando me capturaron, y cuando les dije que podían tomar mi cuerpo pero nunca mi mente... Esa mujer ya no existe.

‘¿Cómo pude haber querido ser lo que soy ahora?... No lo sé, pero ahora estoy donde debo estar... Y gimiendo y temblando... ¿Cómo no lo vi antes?... Tampoco lo sé... Me parece tan obvio ahora’, pienso.

Una esclava como yo debe arrodillarse con las piernas abiertas, sufriendo para el disfrute de los demás.

- "Está bien, niña. Lame."

Eso es todo lo que necesitaba... Apenas ha terminado de decir la palabra "lamer" cuando me sumerjo con la lengua.

Su voz es sensual pero dominante, ya que pone un fuerte énfasis en el sonido de la palabra... La forma en que lo dice, me recuerda quién está a mi cargo... Y quiero que me siga ordenando.

En realidad no hablo mientras me la como con avidez, pero los pensamientos pasan entre nosotras... Entre lenguas digo:

- "Sí... Soy una puta... Trátame como tal."

Y sus gemidos dicen:

- "Sí, zorra, serás tratada como te mereces."

Me agarra del pelo y tira de él... El dolor aumenta mi estado de éxtasis... Nada podría llevarme más alto que su orgasmo.

‘Por favor, por favor, orgasmo para mí... Necesito que te corras... Sólo estoy contenta cuando tú lo estás... Córrete para mí, por favor, córrete para mí’, pienso mientras le lamo el coño.

Sus gemidos se vuelven más fuertes, por lo que mi lengua se mueve más rápida y excitada.

Sé que está a punto de correrse y darme ese sabor de su coño... Y sigo haciéndolo, y pronto llega la recompensa... Estoy en tal estado de placer de haber satisfecho a alguien a cargo de mí.

Ella sale lentamente del subidón, respirando pesadamente mientras yo también respiro pesadamente.

No muevo las rodillas... Ella puede querer algo más y yo no ...