A la una, a las dos, y a las tres...¡Vendida! - Relatos Eróticos

A la una, a las dos, y a las tres...¡Vendida!

A la una, a las dos, y a las tres...¡Vendida!

De repente, la palabra hace eco en mi oído... No me lo esperaba... De alguna manera pensé que estaría en el estrado más tiempo... Es extraño lo rápido que sucede todo.

Te suben al estrado con una correa, totalmente desnuda... Te hacen girar y dar un espectáculo... Luego hay algunos números gritados, y de pronto, estás vendida... Eres un objeto para satisfacer a un dueño.

Apenas recuerdo el nombre que me pusieron mis padres... Todo lo que puedo recordar es llamarme ‘puta’ y, ocasionalmente,‘coño’.

El entrenamiento ha sido largo y arduo... Expulsaron todo mi ser y me hicieron un juguete sexual.

No sé quién me compró... Los focos en mis ojos bloquearon mi visión.

En unos segundos, un collar se quita de mi cuello y otro se pone en su lugar... Una mujer con falda corta, más o menos de mi edad, me esposa las manos detrás de mí... Me tira de la correa fuera del estrado y me lleva hasta una habitación trasera, rodeada de espejos por todos lados... Los espejos son para que pueda ver que no debo olvidar nunca lo que soy: una esclava.

Me veo a mí misma, desnuda, con collar y esposas... No puedo recordar un momento en que yo era otra cosa que no sea esto.

La mujer tira de mi correa... Sé por haber sido entrenada que debo caer de rodillas sin resistir... Creo que tal vez sea mi nueva dueña, pero luego me doy cuenta de que también lleva puesto un collar... Ella debe ser una esclava, pero de mayor rango que yo... Aún así, conozco mi lugar... Caí al suelo y abrí mis piernas, lo más que pude.

‘Una esclava siempre debe estar dispuesta para su dueño... Sus partes útiles para dar placer siempre deben estar accesibles... Su dueño debe poder llegar a ellas con suma facilidad... Siempre que puedas, zorra, mantén esas piernas bien abiertas’, me enseño mi entrenador.

Todavía no me ha dicho una palabra... Ella es una mujer impresionante... No una rubia pálida como yo, sino una piel oscura, bronceada... No puedo decirlo con certeza, pero creo que es latina... Tal vez una mezcla latina-blanca.

Ella tiene el cuerpo de una diosa... O tal vez ahora veo a todos los que están por encima de mí como un dios o una diosa... Es lo que me metieron en la cabeza... Pero no puedo evitar pensar que esta mujer está en forma y es hermosa.

Miro sus piernas, sus pechos expuestos, todo su cuerpo, y mis pensamientos sexuales corren por mi cabeza... Meses atrás, no sería más que miedo e ira... Pero expulsaron cualquier sentimiento excepto los impulsos sexuales... Me hicieron una zorra cachonda... Hicieron que mi vergüenza desapareciera.

Ahora, cuanto más me degradan, más me gusta... Solía ser dominante en la cama, pero me entrenaron a dar placer, solo.

"Tienes ganas de que te folle cualquiera que lo desee, donde sea que lo haga... Y no por tu propio placer, sino porque nada es más importante para ti que dar placer a los demás’, me dijo y lo cumplió.

Mi entrenador, no me dejó tener un orgasmo durante meses, ...