1. ANGEL: EL BUEN VECINO


    Fecha: 22/05/2019, Categorías: Fantasías Eróticas Hetero Sexo con Maduras Autor: Emma Rey Rey, Fuente: SexoSinTabues30

    ... fin, pero los chicos estaban sudando frío y mirándose unos a otros—. ¿O prefieren que llamemos a sus padres como sugirió el oficial?
    
    —¡No! —brincaron los 5 adolescentes al mismo tiempo, dos chicas, tres chicos. Felipe sonrió como si supiera algo que ellos no, disfrutando el momento—. Por favor, me matarían en mi casa.
    
    —Vale, entonces, qué hacían allí.
    
    —Estábamos comprando algo de alcohol, teníamos planeado ir a una casa abandonada cerca de aquí a tomar y fumar algo de hierba —dijo uno de los chicos en la parte de atrás. Felipe abrió los ojos y dejó escapar una carcajada. La verdad es que los 5 chicos estaban cagados de miedo y él sólo disfrutaba con su sufrimiento.
    
    —¡Joder! Hierba y alcohol de una, si los atrapaban esos dos policías…
    
    —Pero no lo hicieron gracias a ti, ¿no? —interrumpió Angel por primera vez, le miró con toda la ternura de la que era capaz, intentando usar toda esa inocencia para convencerlo de no delatarla—. ¿Le vas a decir a mis papis?
    
    —Claro que no, yo también hice todas esas estupideces, solo que a mí nunca me atraparon. Los dejo donde ustedes quieran para que terminen su fiesta —añadió, recibiendo indicaciones de parte de la rubia que actuaba como la pequeña líder adolescente del grupo. Cuando se detuvieron frente a la casa abandonada en aquel desierto barrio los otros bajaron del auto pero a ella la sujetó del brazo para quedarse a solas. Angel palideció al sentir que volvía a tocarla y sin querer sintió cómo sus bragas se mojaban—. Dame tu número de teléfono.
    
    —¿Para qué? —preguntó ella, aún sintiendo el calor de su mano sobre su brazo izquierdo, como si quemara, cada palabra que él decía ardía.
    
    —Para llamarte y que me avises cuando estés en casa o si tienes otro problema, niña, ¿para qué más? Anda. —Angel obedeció y él por fin la soltó—. Listo, te envié un mensaje. Ya sabes.
    
    Angel recuerda ese día y todas las emociones que sintió en tan poco tiempo, el temor al casi ser descubierta en la tienda, la emoción de obtener licor siendo menores de edad, la excitación al sentir el olor y el tacto de un hombre mayor, la fiesta que se montaron sus amigos, entre fajes y toqueteos que la llevaron a dejarse manosear hasta por las chicas… El día es él, esa montaña rusa de emociones es él, por eso cuando se sienta a su lado en el sofá con un brazo detrás de su cabeza lo deja hablarle con total comodidad y amistad, como a uno más de sus amigos.
    
    —Me gusta el color de tu esmalte, va con ésta bonita camisa —dice él, repasando con el dedo índice el borde superior, tocando sus senos con el movimiento—. Aunque lo que está debajo debe ser más interesante —añade, halando el borde y haciendo un amago de ver el interior. Sus ojos tienen un buen atisbo de las tetas de la nena que descansan sin sostén detrás de la delgada tela, ella se retuerce haciendo un vago intento de apartarte.
    
    —¡Oye! Qué atrevido. —Su risita es coqueta y juguetona a la vez que abre y cierra las piernas, él no puede pasar desapercibido tal ...
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