1. Mi jefe le rompio el culo a mi esposa


    Fecha: 20/05/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... sabiendo que sus palabras me
    
    excitarían.
    
    - Gracias Marcos por cuidar de a mi esposa, dije.
    
    - Por nada, respondió el enganchándose en esa charla caliente.
    
    - Porque no se queda un rato que ahora le toca a su mujer, me sugirió.
    
    - ¿Que cosa?, pregunte.
    
    - Venga Sra. Pietro, enséñele como jugamos, dijo el mientras se ponía en cuatro.
    
    Ella me dio un beso y fue directo a poner la cara en el culo de Marcos. Lo lamía
    
    con ganas mientras se masturbaba con dos dedos en la conchita.
    
    El gemía y también se masturbaba. A mí ya me dolía el pene y necesitaba acabar.
    
    - Venga que viene de nuevo la lechita, dijo el viejo.
    
    Ana se puso nuevamente en cuatro con la cola bien parada, Marcos se ubicó
    
    detrás y le ensarto la verga hasta el fondo. Ella pego un grito de placer. El la
    
    sacaba y la volvía a entrar en su totalidad hasta que, una vez más, le dejó toda
    
    la leche dentro. Se dejaron caer totalmente extenuados y yo lograba mi cuarto
    
    orgasmo de la noche. Regresé al sillón completamente agotado y me dormí.
    
    La luz que entraba por la ventana me despertó, por el sol imagine que sería
    
    mediodía. Se escuchaban ruidos en la cocina así que me incorporé y fui hasta
    
    allí.
    
    - Hola dormilón, dijo Ana mientras me daba un lindo beso.
    
    Estaba sola, preparando café y unas tostadas. Vestía una remera blanca que le
    
    llegaba a mitad de la cola y una tanga negra apenas visible y estaba descalza.
    
    Mire el reloj y eran las 13.25.
    
    - Hola, todo bien, dije.
    
    - ¿Donde está Marcos?, pregunté.
    
    - Está duchándose, respondió.
    
    - Te ves cansada.
    
    - No es para menos, no sé cómo hace, pero Marcos no paró en toda la noche.
    
    - Y a vos que no te gusta, dije sonriendo.
    
    - Me encanto, hace rato que no paso una noche así, dijo besándome en la mejilla.
    
    - Como le va a la hermosa pareja, se escuchó detrás de nosotros.
    
    El viejo estaba vestido con una bata mía y tenía su cabello mojado.
    
    - Espero no le moleste que haya tomado una bata, dijo.
    
    - Por favor, faltaba más, respondí.
    
    - Buen día señora Pietro, ¿como esta?, pregunto, y beso delicadamente sus
    
    labios.
    
    - Bien, muy bien, dijo ella sonriendo.
    
    - Siéntense que ya está el desayuno listo, continuó.
    
    Nos acomodamos en la mesa de la cocina y ella sirvió las tazas de café y las
    
    tostadas.
    
    - ¿Linda noche hemos pasado no señor Pietro?
    
    - Muy agradable, respondí.
    
    - Menos mal que nos retiramos de esa aburrida fiesta, continué.
    
    - Que vitalidad que tiene Marcos, dijo ella.
    
    - Estoy entrenado, sonrío.
    
    - Con unos amigos de mi edad hacemos mucho deporte.
    
    - Además acostumbramos a entretenernos con colas hermosas y eso nos
    
    mantiene jóvenes, volvió a sonreír.
    
    - Ya me di cuenta, dije riendo.
    
    - ¿Ud. lo disfruto no señora?
    
    - Mucho, respondió mirándolo pícaramente.
    
    - Tendríamos que repetirlo, ¿no Pietro?
    
    - Cuando quiera, respondí
    
    - Me gustaría invitarlos a mi casa de campo a pasar el fin de semana entrante,
    
    ¿Les agrada la idea?
    
    - Claro ...