Las putas bajo mi techo - Relatos Eróticos

Las putas bajo mi techo

... lo orgulloso que me siento al ver en lo que te has convertido, tanto tu como tu hermana son mis logros mas importantes y me siento orgulloso de verlos tan unidos y de la manera que se quieren, ….. por favor prométeme que siempre cuidaras de ella y también de tu madre ellas necesitan que la protejan, prométeme que lo harás….

-Por supuesto papa, pero porque me lo pides…..

-Nada, no pasa nada, solo para que entiendas lo orgulloso que estoy de ti, y que te doy a tu cuidado lo mas preciado en mi vida, entiendes?

Le dije que si, pero no había entendido nada, tal vez el viejo se habría excedido con el tinto, estábamos de celebración así que tenia derecho a beber un poco de mas, el también estaba feliz.

Cuando cumplí los 30 años, y ya teníamos un año de estar casados, recibimos la noticia de que seriamos padres, no puedo contarles la felicidad que nuestra familia toda sintió, por supuesto la Peque fue la mas activa y para cuando había pasado una semana solamente de la noticia, ya le había comprado a su ahijada/o todo lo necesario, cuna, colchón, abrigos, ropa, carriola, etc, por supuesto nadie se atrevió ni siquiera a pensar en otra madrina para el bebe, cuando la pancita de Ines se notaba, y su embarazo era algo visible recibimos la noticia del fallecimiento de mi padre, fue una bomba, nunca imagine una tristeza tan grande en mi alma, estaba realmente desbastado, luego hablando con mi madre me contó, que mi padre sufría gravemente del corazón, y en los últimos meses su salud se había deteriorado velozmente, el no deseaba preocuparnos con su salud, así que le prohibió a mi madre nos cuente algo a mi hermana o a mi mismo, una triste tarde mientras leía su libro de cabecera sencillamente cerro sus ojos murió en paz.

Durante el velorio yo consolaba a mi madre que solo lloraba y me hacia temer por su salud, por suerte La Peque se mostraba fuerte y ella ayudaba en todo a Ines, que por su estado nos hacia temer, luego del entierro y ya estando todos juntos en casa de mi madre, Ines sintió dolores, y con lagrimas en los ojos nos dijo que tenia una perdida muy importante, volamos al a clínica y la dejaron internada, el estrés del velorio y el dolor que sintió ella por mi padre a quien amaba como al suyo propio le produjo un desprendimiento de placenta, obviamente eso ponía en riesgo grave a la vida del bebe, ademas ya había comenzado a tener contracciones y con solo cinco meses de embarazo eso no era nada bueno, los médicos luego de revisarla y medicarla decidieron juntarnos y decirnos lo complicado que era el tema, ellos aconsejaban que mi mujer quedara internada hasta el momento del parto, Ines aunque estaba medio dopada por los calmante no quería quedarse internada y sollozando repetía una y otra vez que este era el castigo que ella debía pagar por lo que había echo, y cuando ya me estaba impacientando por lo que decía mi mujer, que yo no lograba entender el porque se culpaba, apareció la solución, y la dio mi hermana, ella pidió le enseñen a ...