La casa de las flores.- Tercera parte - Relatos Eróticos

La casa de las flores.- Tercera parte

... vuelto todas locas, y su mirada medio turbia por el alcohol, se dirigía alternativamente a Rosa que se estaba follando a Hortensia con un polo de sabor a plátano, a Violeta, que a su vez se masturbaba con otro de sabor a fresa y a Petunia, a la que sus hermanas gemelas la estaban comiendo las tetas como si no hubiese un mañana. Entonces inducida por esas visiones, y quizás también por las cinco copas de más que se había zumbado en la cena, vio a Narciso delante de ella con la tremenda carpa que su cipote formaba entre sus piernas, y sin encomendarse a nada ni a nadie, se desnudó en décimas de segundo y se arrodillo frente a su sobrino que estaba embobado viendo la orgia lésbica que se había producido de pronto, y no opuso resistencia alguna cuando su tía menor le quito el cinturón y le bajo los pantalones hasta los tobillos, arrastrando con esa prenda también sus gayumbos.

Como es lógico, su mamporro salto como una catapulta apuntando hacia el techo, pero Margarita lo atrapo al vuelo, y en un plis plas le estaba dando una mamada que le hizo poner los ojos en blanco. Azucena y Amapola, sin dejar de succionar las preciosas urbes de su hermana mayor que, con los ojos cerrados se masturbaba por encima de su pantalón, no perdían detalle de lo que acontecía a su alrededor y al ver como su tía se comía el rabo de su hermano, se guiñaron un ojo mutuamente.

Margarita, que estaba agachada intentando tragar lo máximo posible del garrote de su sobrino, noto de pronto que algo helado pero duro y perfectamente lubricado entraba en su coño, que estaba absolutamente vulnerable dada la postura en que se encontraba. Pero en lugar de intentar rechazar al intruso, elevo su culo y abrió sus piernas para que Violeta, a la que miraba de reojo, le metiera el polo de fresa hasta enterrarlo completamente en lo más profundo de su sexo. Lo que no se esperaba, pero que acepto de buen grado, es que Violeta con los otros dos helados, el de limón y el de naranja, le empezase a acariciar con ellos los pezones, consiguiendo que Margarita se pusiese cardiaca e intentase tragarse completamente la descomunal polla de su sobrino, consiguiendo solamente meterse poco más de la mitad, pero estuvo a punto de ahogarse cuando tuvo un tremendo orgasmo al que le llevo su sobrina.

Violeta, al ver que Narciso la miraba con evidente asombro lujurioso, sustituyo a su tía, pero al igual que ella solo consiguió meterse poco más de la mitad del instrumento de su hermano, cuando sintió que Margarita le estaba devolviendo el favor, pues acababa de meterle el helado de limón en su cueva del placer, pero soltó un respingo cuando la revoltosa Margarita le dijo al oído:

- Es el de limón, porque a mí, las almejas me gustan con un chorrito de limón, y te la voy a comer enterita.

Se tumbo en el suelo boca arriba metiendo su cabeza entre las piernas de Violeta y empezó a lamerle el botoncito del placer a la vez que la empezaba a masturbar con el polo de limón metiéndoselo y sacándoselo con una ...