The Loud House: El tiempo vuela - 15 - Relatos Eróticos

The Loud House: El tiempo vuela - 15

... enemistad con Lacey, aunque nunca escaló a tanto como la que tenía con Lana.

—Muy buenas elecciones hermana —le elogió Lola tras recordar a las dos ahora mujeres que su gemela había elegido—. No solo nos darán una venganza contra nuestras enemigas y rivales, sino que también serán una gran adición para el harem, estoy segura de que el amo Lincoln estará complacido cuando se las entreguemos.

A Lana solo le quedó sonreír y asentir. Por lo menos había sellado el destino de dos mujeres que no le caían tan bien. Luego dijo:

—Ok hermana, ahora sigue ver cómo las capturaremos para el amo.

Los ojos de Lola brillaron y esta dijo:

—No te preocupes mi querida hermanita, ya tengo el plan perfecto para atrapar a estas tres mujeres.

Y tras decir eso, comenzó a explicarle a su gemela lo que tenía en mente, mientras Lana lo único que podía hacer era levantar las cejas y sorprenderse por lo simple, y funcional, que se veía el plan que su hermana ya había elaborado.

Sin embargo, mientras las gemelas discutían sus planes, detrás de la puerta entre abierta, Lynn Jr había escuchado toda la conversación.

—Así que esas dos mocosas también planean entrar al partido —se dijo en voz baja—. Bueno, sería una pena que alguien las siguiera para arruinarles su jueguito…

***

La noche ya había caído en Royal Woods, pero eso no significaba que la ciudad se hubiera quedado sin nada qué hacer. En uno de los salones de fiesta más grandes y elegantes de la ciudad, una gran concurrencia se había unido porque se había organizado un baile de caridad y mucha gente importante de la ciudad había decidido asistir.

Entre las personas que se encontraban en ese lugar, se hallaba una mujer morena de cabello negro atado en dos coletas. Desafortunadamente, Meli Ramos no era una de las invitadas, sino más bien, una de las trabajadoras, tal y como lo demostraba el traje de mesera que llevaba puesto, conformado por una blusa blanca, pantalón liso color negro y un moño del mismo color alrededor del cuello, que cubría un esbelto cuerpo moreno. No era un trabajo glamoroso, pero era lo mejor que la joven se podía permitir para continuar pagando sus estudios universitarios.

En ese momento, Meli estaba a solas en la cocina del salón, rellenando una bandeja de copas con las que tendría que ir pronto a seguir agasajando a los invitados, cuando escuchó un ruido detrás de ella.

Con gran velocidad, la morena se giró para ver quién era la persona que le hacía compañía en esa tétrica cocina, y se topó no con una persona, sino con dos mujeres exactamente iguales, y aunque en un principio cualquiera podría pensar que estaba alucinando o ya mínimo viendo doble, pero por suerte para ella, conocía a esas personas.

—¡Lola! ¡Lana! —exclamó Meli, con una efusividad nada qué ver con su tímida yo de seis años, a su mejor amiga y a la hermana de esta.

Las tres mujeres se abrazaron y tras ese buen momento se separaron, momento en que Meli se dio un tiempo para ver a las Loud. No ...