1. Festejo de cumpleaños


    Fecha: 03/05/2019, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Tita, Fuente: CuentoRelatos

    ... el atole” Contestó Saúl lanzándose a chuparme la pepa en cuanto Eduardo se salió de mí. Mientras Saúl me limpiaba la vagina, Eduardo me besaba, y ambos sobaban una teta con su mano.
    
    Al rato, le pedí a Saúl que hiciera un café para fumarnos un cigarro. Mientras él estaba entretenido, yo le dije a Eduardo que quería tirarme a Saúl, y como a éste también le fascina mamarme las tetas mientras me coge. “En ese momento, quiero tu verga en mi boca y que te vengas mucho”, le precisé. Eduardo supo entonces que yo besaría a Saúl para que estuvieran parejos. Cuando Saúl regresó, platicamos recordando los tiempos en los que yo no entendía lo que me pasaba, pero que ahora me había ocurrido algo similar al lanzarme Eduardo en cara mis contradicciones cuando hablamos por teléfono, pero también mis celos de que Adriana estuviese con Saúl, “que se reduce a una puta celosa y posesiva que quiere todas las vergas del mundo para ella sola”, concluyó mi marido.
    
    –Te toca pasar por esta puerta, mi amor –le dije a Saúl, acostándome y abriendo las piernas.
    
    –Te amo puta, mi Nena… –dijo al penetrarme y me agarró de las tetas.
    
    Cuando Saúl estaba muy entretenido en el movimiento, Eduardo me ofreció su pene para que lo mamara. Al poco tiempo mi marido me dejó de chupar las tetas y gritó “¡Te amo, Nena, te amooo…!, soltando su calor en el interior de mi vagina, entonces Eduardo y yo aceleramos el ritmo que concluyó en una venida de chorro en la garganta. Le exprimí el resto y cuando Saúl volteó a ver lo que hacíamos, se dio cuenta lo que le esperaba. Cerró los ojos y aceptó mi beso, el cual disfrutó mucho por mi calentura de besarlo por primera vez con toda la carga ordeñada de mi amante.
    
    Ya antes le había dado un beso después de que Eduardo u otro se había venido en mi boca, pero sólo con resabios de semen, nunca con un buche. Siempre los disfrutó, pues sus sospechas las comprobaba metiendo su lengua para constatar que mi boca sabía a leche, pero no tanto como ahora que lo hice expresamente para que paladeara junto a mí el sabor del semen. ¡Rico!
    
    –A descansar, mis amores, ya tuve lo que quería. Sin embargo, si a alguno se le antoja tomarme, hágalo, aunque yo esté dormida –dije acomodándonos todos bajo las cobijas.
    
    Ninguno protestó, sólo se acomodaron para dormir como bebés: con su teta en la boca. Más noche, sentí en el ano la turgencia de Eduardo y me separé las nalgas para que entrara. No me penetró completamente pues se volvió a dormir con cuando sólo había entrado el glande.
    
    Al amanecer, Saúl me cogió enardecido, se vino pronto y se bajó para que Eduardo se resbalara en nuestros flujos, haciendo lo propio y volviéndose a dormir. A la hora, desperté con las chupadas que mi marido me daba y sentía en mis piernas cómo se movía su nuez al deglutir con deleite; me abrí completamente y le acaricié la cabeza con ambas manos. Recordé que Eduardo estaba allí cuando sentí su boca y manos en mis chiches. Me sentí feliz y me abandoné a las caricias que con la ...
«12...6789»