1. Anhel gusta del oral, le fascina el anal, le encanta follar


    Fecha: 02/05/2019, Categorías: Anal Autor: Tonyzena67, Fuente: CuentoRelatos

    ... estaba bajo la influencia del cannabis. Le tomaba de sus pechos, le besaba el cuello mientras mi verga se mantenía en medio de esas ricas nalgas y fue cuando se lo pedí:
    
    -¿Me puedo coger estas nalgas?
    
    -¿Quieres follarte mi culo? – me preguntó.
    
    -Si… ¿Se puede?
    
    -Me da nervios pensarlo, pero creo que lo podemos intentar.
    
    En el baño comenzó la invasión a su culo no sin antes darle una buena chupada a ese rico ojete. Me arrodillé a abrirle esas nalgas y comerme el suculento culo de la bella Anhel. Sus piernas temblaban y se le erizaba la piel cuando le besaba y pasaba mi lengua por toda esa rajadura. Su conchita se contraía y comenzó a gotear jugos vaginales de tanta excitación. Creo que pasé comiéndole el culo y jugando con mis dedos por lo menos media hora. Se puso inclinada contra la pared del baño y le puse el glande a la entrada. Literalmente le temblaban las nalgas y le pedí que se relajara para que la penetración fuese posible. Se calmó y solo le pasaba mi glande por toda esa rajadura hasta que identifiqué su ojete y comencé a empujar. No daba gritos despavoridos pero temblaba y cada vez que empujaba el glande y sentía entraba inmediatamente lo expulsaba. Ella me pidió que nos fuéramos a la cama y se me puso en cuatro de nuevo.
    
    Que rico es ver un culo perfecto y creo que esta posición de perrito es la preferida de Anhele. Todas las chicas son diferentes y al igual los hombres tenemos falos con ángulos diferentes. El mío es recto y un glande que es igual de grueso que el tronco de mi falo, pero pasando el glande se vuelve un poco mas delgado en forma de un hongo o champiñón. Esa noche descubrimos que a Anhel le incomodaba montar a la inversa, el misionero debería ser el básico sin levantarle las piernas o ponerle almohadas en el trasero para levantar la pelvis, también descubríamos que era multiorgasmica y que esa noche descubriría que analmente también era orgásmica.
    
    De perrito le asomé el glande y en el primer intento me quedó atrapado por su esfínter. Definitivamente era un culo apretado y me tomé el tiempo para que buena parte de mi falo entrara. Sabía mi límite, pues cuando intenté enterrárselo todo, Anhel me suplicaba que se lo sacara, aunque en experiencias posteriores lo llegó a asimilar. Comenzamos un vaivén lento y calculando no pasar de ese límite. Nuevamente un flujo blancuzco caía de la conchita de Anhel. Solo oía sus gemidos que no sabía si eran de dolor o placer y es por eso por lo que se lo pregunté:
    
    -¿Te gusta?
    
    -¡Me fascina!
    
    -¿Pensé que te dolía?
    
    -Si me duele, pero es un dolor rico y fascinante.
    
    -¿Quieres que te la saque?
    
    -No… continua así… me encanta esta sensación, me excita la sola idea que me estas follando el culo.
    
    -Bueno… si algo te incomoda, dímelo y hacemos una pausa.
    
    -Tony, por favor cállate y sígueme culeando.
    
    No era un vaivén frenético y hasta cierto punto lo recuerdo semi lento y pude sentir cómo vibraba su culo y cómo ese ojete me atrapaba más fuerte el falo, vi su ...
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