1. Anhel gusta del oral, le fascina el anal, le encanta follar


    Fecha: 02/05/2019, Categorías: Anal Autor: Tonyzena67, Fuente: CuentoRelatos

    ... a poco le metía un poco más y podía mirar como Anhel contraía su ojete y sentía esa vibración en las paredes de su vagina. Fue ella la que comenzó con un rico movimiento de sus caderas a hacer un vaivén lento pero constante. Además del sangrado, le comenzó a bajar un flujo blancuzco y bastante espeso que comenzó a caer en las sabanas de mi cama. Se había incorporado y la tomé de los brazos pues ella buscaba tomar mis nalgas con una de sus manos y yo le estiré ambos brazos hacia atrás los cuales me brindaban cierto apoyo en el balance de esta posición y comencé con un pompeo mucho más acelerado y con embestidas más fuertes.
    
    Oía los gemidos de Anhel, el golpeteo de mi pelvis pegando en su ricas nalgas y ese chasquido de la fricción de mi verga entrando y saliendo de esa apretada conchita. El taladreo había subido de nivel y solo se escuchaba una constante de Anhel diciendo “ah… ah… ah, hasta que de repente cambió a decirme: -Así, así… dame así… me vas hacer acabar. – Era verano y aunque estaba el aire acondicionado pude ver las gotas de sudor sobre la espalda de Anhel y vi cómo en mis pectorales se deslizaban las mías. Aquello se volvía una plegaria de “así, así, así… dame, dame, dame y no pares, dame, dame, dame. Mi verga era un fierro duro y erecto y creo que a mis 38 es cuando uno esta en el “Prime” de sus condiciones sexuales. Creo que era cuando más grande y gruesa la tenía, pues con el tiempo uno puede ver y sentir la diferencia, pues el cuerpo pierde volumen. Recuerdo que por esos días mi verga media de 22 a 23 centímetros y ahora creo que apenas llego a los 20 y obviamente también ha perdido grosor.
    
    Anhel comenzó con los gritos que estaba a punto de correrse y yo no paraba con mi embate frenético mientras seguía sosteniendo los brazos de esta chica. Pude sentir los apretones de su vagina viviendo un orgasmo y aunque Anhel deseaba irse de bruces contra la cama, yo la sostenía con una sensación que luego ella me explicaba como de sometimiento, lo cual aceleró y potencializó su orgasmo. Al igual yo me corrí un par de minutos después de ella y Anhel me contaba posteriormente que sentía los chorros de mí semen y la presión exquisita que sentía en su vientre. Tan pronto le saqué mi verga aun erecta, comenzó a salir todo mi esperma.
    
    Nos fuimos a bañar y donde Anhel continuaba muy cariñosa conmigo que ya me estaba haciendo la idea de que en verdad éramos novios. La tanga azul yacía colgada en el chorro de abajo de la bañera y se podía ver mi esperma, sus jugos vaginales con una tonalidad rosada de su sangrado. Mientras nos bañábamos mi verga seguía erecta y Anhel comenzó de nuevo a mamarla. En un momento ella se incorporó y se puso de espaldas donde mi verga chocaba con su trasero, hasta eventualmente hundirse en medio de sus ricos glúteos. Le hacía un movimiento de vaivén con mi verga en medio de sus nalgas y esto creo que le gustaba a Anhel. Por un momento pensé que si me había drogado accidentalmente, pensé que a lo mejor Anhel también ...
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