1. PIEL CANELA: El secreto de mi papá


    Fecha: 30/04/2019, Categorías: Gays Autor: Mateo, Fuente: SexoSinTabues30

    ... agarrándolo de las caderas para hacer más intensa la penetración. En cuestión de minutos ya estaba empezando a sudar, las embestidas que le daba a Pablo eran bestiales, él solo gemía en silencio y mordía con fuerza el cojín, mientras abría cada vez más sus nalgas para que mi pene entrara en su totalidad, claramente le estaba gustando tanto que no tardó en correrse sin tocarse, mientras que a mí no me faltaba mucho para hacer lo mismo; en cada embestida que le daba se la sacaba casi por completo y luego se la metía en su totalidad, haciendo mi placer mucho más intenso; cuando de pronto, varios chorros de mi semen quedaron dentro del ano de Pablo, haciéndome dar un gran gemido.
    
    —¿A qué juegan?. —Se oyó una voz a nuestras espaldas.
    
    Con la excitación y las ganas de tirar, no me acordé de ponerle seguro a la puerta de mi cuarto, y mi sobrino de cuatro años entro sin hacer ruido y nos vio justo cuando yo terminaba de eyacular.
    
    Tanto Pablo como yo nos sobresaltamos y lo primero que hicimos fue taparnos la entrepierna, para que el nene no nos viera el pene. Rápidamente cerré la puerta que Kike, mi sobrinito, había dejado entreabierta. Como pudimos nos empezamos a vestir para tratar de alguna forma engañar al niño de que no vio nada, y que no fuera a decirle a nadie.
    
    Pensando muy cautelosamente en lo que iba a decir, me acerqué a Kike y lo senté en la cama. Miraba a Pablo como tratando de encontrar en su cara la explicación correcta para no confundir demasiado a mi sobrino.
    
    —Mira bebé, lo que viste es algo que los adultos jugamos a veces para entretenernos, ¿me entiendes?, es un juego donde nos damos amor, y seguramente cuando seas grande harás lo mismo con alguna chica; ya sabes, jugar al papá y a la mamá.
    
    —Ah, sí. Igual juega mi tío Martín con mi tía, pero a él le sale lechita de su pipí y mi tía se la come. —Decía Kike, dejándonos muy sorprendidos a Pablo y a mí.—Pero entonces, ¿por qué están jugando al papá y a la mamá entre ustedes?, ¿por qué Pablo es la mamá?, —preguntaba Kike.
    
    —Pueeeeeeeeesss,—divagaba yo en mi respuesta al no saber qué decir,—verás, a veces a algunos hombres no nos gusta jugar a esto con mujeres y preferimos jugar con otro hombre, es como….. es como….. mira, cuando seas grande lo vas a entender, pero ahora eres aún muy chiquito. —Trataba de justificar la ausencia de mi respuesta o el miedo a explicarle algo tan delicado a un niño de cuatro años que aún cree en la existencia de Santa Claus.
    
    —Veras Kike, a veces unos hombres nos enamoramos de otros hombres y hacemos lo que hacen las parejas, ya sabes, cuando quieren tener un bebé, y el papi deja su polen en el panalito de la mami, solo queeee, solo queeee…… que aquí hay polen, pero no hay panal, ¿entiendes, pequeño?.—Decía Pablo, tratando de explicarle, dejándolo más confundido de lo que ya estaba, hasta a mí me pareció confusa su explicación.
    
    —Kikito, mi niño, —intervine yo,—como te digo, aún estás muy chiquito para entender, solo quiero que……
    
    —Ah, ...
«1234...11»