1. Contratada y empalada por mis yernos


    Fecha: 29/04/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Ishtar Veronica, Fuente: TodoRelatos

    ... mi suegro y mi compadre y las aventuras con ellos. -que puta eres, Veronica- La conversación se ponía más caliente y empezaban a fajarme sin medida, lo que soltaba uno, lo tomaba el otro mientras yo masturbaba sus enormes falos.
    
    Minutos después regresamos a la escena, Dario, se acercó, y me empezó a quitar el vestido, solamente quede en tacones, -mi amor que rica te ves con ese puti vestido, ya es hora de quitártelo- -extraño tus medias- añadió Ramses. Solamente sonreí, mi yerno Dario, me coloco al borde de la cama, en la clásica y riquísima posición de misionero, puso su verga en la entrada de mi vagina, lo frotaba contra mis vellos púbicos. Su rico miembro en forma de hongo, intentaba abrir mi vagina, me dolió el glande que luchaba para abrir mis labios de la concha, pero gracias al orgasmo anterior pasó la entrada; a pesar de que estaba mojada, sentí que las paredes de mi vulva se estiraban al máximo y esa gruesa vara comenzaba a entrar. Que sensación, dolor y placer que se mezclaban, se alejaba y entraba un centímetro más, luego una y otra vez. Hasta que de un golpe brusco senti como la verga de Dario, me entró toda y no me sobró nada, aparte del diámetro, exclame, ¡hijo de puta! me la clavaste hasta el final. Y el me respondio; felicidades baby, te la comiste toda. Por su parte Ramses, ya había puesto en mi boca su verga mientras mi otro yerno me agarraba fuerte por las caderas para evitar que me moviera o escapara, entraba cada vez más, pero cuando terminó, unas cuantas lágrimas corrían por mi rostro, mis ojos estaban fuera de las órbitas, mis manos estaban sosteniendo la sábana. Así comenzó un avance/retroceso lento por parte de ambos, yo apoyaba los movimientos con mi pelvis, manteniendo el otro la vergla en mi boca para no gritar, entonces él marcaba el ritmo, cada vez más rápidas y profundas embestidas, sentía ganas de partirme por la tamaño pero el placer prevaleció tanto que tuve otro orgasmo en ese lugar.
    
    Minutos después, fue Ramses, quien nuevamente con su verga estirada, se colocó entre mis piernas, cargándolas sobre sus hombros, y me volvió a penetrar en esa posición, la sentí mucho y su ritmo seguía siendo placentero. Metiéndomela y sacándola una y otra vez, mi vagina tremendamente mojada lo recibía con gusto y se abría para él y cerrándose cuando salía, su pene impregnado de mi néctar, mojándome el clítoris, golpeándolo volviéndome realmente loca. Te gusta ver cómo te cojo puta. –Sí me gusta mucho. –Que rica estás suegra, si fueras mi esposa no te faltaría verga nunca. –Ojala mi esposo tuviera tu vergota. Minutos después, volvió a sacar su miembro curvoso, y sentía su glande tocando mi vagina, entrando muy despacio y en esos momentos en que tan solo tenía unos centímetros dentro de mí, cuando se retiraba y entraba nuevamente en mi vagina con medio pene dentro de mí, por tercera vez saco su miembro, y aquel pene con una curva de lado izquierdo, me penetro de un solo golpe, en ese momento con todas nuestras hormonas ...
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