1. La Libertad III_32: día 12_aperitivo... y comida


    Fecha: 18/07/2020, Categorías: Sexo Oral Autor: laualma, Fuente: TodoRelatos

    ... Nur había salido del agua, aquella ninfa, aquella puta diosa, aquella delicada sirena negra, con sus tetitas casi inexistentes pero tan delicadas, tan preciosas, tan sublimemente perfectas... Afortunadamente, había tenido la decencia de mantenerse puestas sus braguitas, aunque venían tan mojadas como el resto de su cuerpo, brillante tras el baño… joder, estaba absolutamente deliciosa, casi desnuda… Pero, con nosotras fuera de combate, enredadas como estábamos en nuestro tórrido abrazo, Nurita tenía vía perfectamente libre hacia su destino, que no era otro que aquella desmedida e incontrolada excitación que, por mi culpa, había hecho presa en Pablo. La has liado pero bien, Laurita, me dije, antes de volver a hundir la cara en aquel chocho brillante y abierto que tenía ante mí, no sin mantener mientras tanto un ojo atento a lo que hacía mi primito…
    
    Con su habitual ademán felino, la loba de mi amiga se acercó a Pablo, sin más, aunque él todavía seguía allí sentado, excitadísimo aunque abatido junto a nosotras, en aquella silla que María había estado ocupando justo hasta el momento en que su cuerpo resbaló hacia el mío y acabamos las dos rodando por el suelo. Aquel enfado infantil por no haberle permitido jugar con nosotras iba a ser solucionado muy pronto por Nurita. Al fin y al cabo, mi primo estaba otra vez con toda la verga de nuevo tiesa, dentro de los calzones, y ella ya se había arrodillado para empezar a acariciársela, a retorcerle la verga por encima de la tela, así de rodillas a sus pies… Joder… aquella forma de frotarle el nabo… pobre Pablo, pero tal como iba no le iba a durar ni un asalto a mi amiga, si seguía así.
    
    Y, efectivamente, mi primo empezó a gemir hondo casi desde el primer momento, pero tampoco se quedó quieto… Habían pasado ya los días en que aquel crío se comportaba todavía como el niño cuya edad tenía, y habían llegado aquellos en que se iba a mostrar, por fin, como el hombre que en realidad ya era. Pablo se incorporó con ansia, visiblemente nervioso, pese a todo, temblando, aunque estaba claro que sabía lo que quería Nuria mejor que nadie, mejor que ella misma… y estaba deseando dárselo... porque, precisamente, era lo que él también se moría por darle, claro… Bueno, y porque hubiera sido del todo imposible negarle nada a ella en su estado… y con aquella desmesurada belleza que estaba desplegando ya.
    
    Frente al nerviosismo agitado de mi primo, mi amiga demostró una naturalidad y una profesionalidad a la altura de su experiencia: sin que le temblara lo más mínimo el pulso, de rodillas ante él, empezó a tirarle de sus calzoncillos con decisión, con las dos manos en sus caderas (¿en qué momento se había decidido que ellas tenían el derecho a desnudar por completo a mi primito con claro objetivo sexual, y sin contar siquiera al menos con mi consentimiento previo?), y aquello salió sin más disparado, enorme y exageradamente oloroso, no solo por la corrida que se acababa de pegar sobre mi cuerpo, sino por todo el nuevo ...
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