1. La Libertad III_32: día 12_aperitivo... y comida


    Fecha: 18/07/2020, Categorías: Sexo Oral Autor: laualma, Fuente: TodoRelatos

    ... que mi primo, al follarme con mi polla de plástico, había abierto por fin aquel grifo de mis orgasmos profundos que llevaba tanto tiempo necesitando vaciar…
    
    Él estaba allí, en el suelo del baño, tirado junto a mí.
    
    - ¿Me he dormido? – le pregunté.
    
    Pablo no respondió. Me había despertado porque había sentido la calidez de su cuerpo pegado al mío. Empezó a acariciarme el pelo, la cara. Yo le respondí, girándome hacia él para abrazarle. Nos besamos instintivamente, y de pronto estábamos besándonos como locos. Revolcándonos como dos amantes acostumbrados a disfrutar la pasión con total normalidad, todos los días, a todas horas.
    
    Fui yo la que tiró de él hacia la bañera. Había sido tan bonito allí con él aquella mañana… Pablo se dejó, entró allí conmigo, nos abrazamos los dos de pie, debajo del chorro de la ducha fría que parecía reconfortar nuestros cuerpos y tonificar nuestras almas.
    
    Él seguía con aquello en su mano. Me lo dio. El tacto pringoso del plástico de mi polla me dejó claro que no lo había limpiado después de sacarlo de mí. Mi prótesis estaba pegajosa de su semen y de mi flujo. Mezclados. Yo quería mezclarme con Pablo…
    
    - Póntelo – me dijo, con una inesperada voz metálica.
    
    Aquello me sorprendió tanto que no fui capaz de reaccionar.
    
    - Que te lo pongas – su nuevo tono sonó imperioso, esta vez, como si después de aquello viniera una hostia por desobedecer.
    
    No hizo falta más. Yo había entendido. Metí mis piernas dentro del arnés. Me lo ajusté y lo apreté para dejarlo fijo. Pablo se resobó la polla, que le empezó a crecer de inmediato, al verme allí delante de él, con polla y tetas y visiblemente excitada. No me dijo nada más, simplemente se dio la vuelta, puso el culo en pompa y se aferró a la barra de la ducha. Yo había visto tantas veces a su hermano Carlos hacérselo… Así, tal cual, en aquella misma posición. Incluso, en aquella misma ducha…
    
    Empapada por el agua que caía, me pegué a él, abrazándole desde atrás. Muy pegada. Muy cerca. Agaché mi culo, mucho, lo suficiente como para poder ponerle la punta entre las piernas. Me la agarré con la mano y la empujé en su raja. Mi primo gruñó. Pude notar su esfínter. Pablo estaba muy abierto. Exageradamente abierto. Mi niño se había estado masturbando, también. Mi niño tenía tantas ganas de polla como yo.
    
    - ¿Le echas mucho de menos, verdad? – le susurré besándole el cuello con pasión mientras se la endiñaba toda dentro. Estaba tan dilatado ya que entró sola, no me hizo falta golpetear, tan solo apretar, empujar hacia dentro. Milímetro a milímetro me hundí en sus carnes.
    
    - Carlossssss… - Pablo gimió el nombre de su hermano mientras, por primera vez en mi vida, empezaba a follármelo.
    
    Hay que joderse, me dije. El muy subnormal consigue por fin que tenga unas ganas insuperables de que me folle, y acaba haciendo que sea yo la que me lo folle a él…
    
    Déjate de mierdas, Laura, me dije… esto no significa nada, esto no es más que una tregua… Solo un momento antes me estaba ...